Tres de los cuatro integrantes de esta zona están en condiciones de
clasificar a los playoff. El crecimiento de Cincinnati Bengals, equiparando o superando
los rendimientos de Pittsburgh Steelers y Baltimore Ravens, no fue sorpresivo porque hace años que
venía demostrando evolución, armando una plantilla poderosa y un equipo
altamente competitivo. No obstante, de estar completos, Pittsburgh podría a
alimentar su sueño basado en su terrorífico ataque.
En Baltimore los inconvenientes que sufrieron por la cantidad de
jugadores lesionados sepultaron las aspiraciones del año pasado. Esta vez, los
mejores refuerzos llegan desde la enfermería, aunque ya sintió el pinchazo
nuevamente con la lesión de Benjamin Watson, traído desde New Orleans y que se
perderá el año entero. Sumaron a Mike Wallace (WR), un ex Steelers que fracasó
en Vikings y en Dolphins. Las herramientas de Joe Flacco son escasas y las
bajas empeoraron el panorama de pases. Deberán confiar en los jóvenes ya que
los veteranos suelen no culminar el año.
Los Claveland Browns se hicieron cargo de Robert Griffin III y tuvo buenos
desempeños en pretemporada. Claro, mientras no existan presiones, RG3 se luce
con su estilo y egocentrismo. Puede correr y lanzar, aunque en Redskins no
demostró ser un líder inteligente. En resto del equipo sufrió bajas en casi
todas sus líneas, pero el draft sirvió para compensarlas y reconstruir el
plantel. Es difícil saber con antelación qué será de Cleveland, pero la
expectativa se regeneró y la idea ahora es más ambiciosa.
Pittburgh es el equipo que apuesta a ganador, sobre todo porque logró
armar un ataque demoledor con Ben Roethlisberger, Le’Veon Bell (suspendido), DeAngelo
Williams y Antonio Brown. En tanto, incorporó a Landarius Green (Chargers) ante
el retiro de Heath Miller. Si corrige los problemas de su secundaria, veremos a
uno de los mejores conjuntos de la
NFL.