Por fin se
acabó la espera: hoy es la final de la NFL. Para Seattle será su tercera
presencia y es el actual campeón. New England vuelve al juego definitivo tras
dos temporadas, cuando cayó ante Giants en 2012. Será un duelo táctico
apasionante, con jugadores de elite, como Tom Brady, Rob Gronkowski, Marshawn
Lynch y Richard Sherman. Imperdible.
El
calendario de la NFL es tan agónico como apasionante. Hay que esperar demasiado
tiempo para que los cascos vuelvan a chocar. El domingo será el cierre de la
temporada 2014 y el próximo partido oficial se disputará en agosto. Habrá seis
meses sin balones lanzados o touchdowns. Ni el draft logra llenar ese vacío.
Algunos se regocijan con los jugadores que cambian de equipo, pero nadie puede
comparar transferencias o contratos nuevos con un juego de football. Toda la
angustia del semestre sin deporte se equilibra con la euforia que genera el
“big day” o “súper domingo”.
El
Super Bowl es el evento deportivo por excelencia en los Estados Unidos. El
domingo 1° de febrero, más de 150 millones de personas estarán pendientes de la
transmisión televisiva. Esta vez, dos franquicias se medirán en el estadio de
la Universidad de Phoenix (Glendale, Arizona), donde cerca de 72.000
aficionados se paralizarán ante cada jugada y, sobre todo, vivirán un
espectáculo que crece mundialmente. Además, Patriots vs. Seahawks será un pleito
estratégico extraordinario.
Los
aspirantes al máximo título afrontaron diversas situaciones durante las últimas
temporadas y llegan a esta instancia con perfiles y vivencias peculiares. New
England Patriots viene de eliminar a Baltimore Ravens y de destrozar a
Indianapolis Colts por un amplio margen. Llega con revanchas por cobrar, ya que
perdió los Súper Bowl en 2008 y 2012 ante New York Giants. No obstante, en la
final de conferencia, Patriots fue acusado de desinflar los balones para sacar
rédito deportivo con los pases. Así y todo, es uno de los equipos más poderosos
de la NFL y cuenta con un quarterback temible: Tom Brady es considerado uno de
los mejores de la historia. El entrenador Bill Belichick reestructuró el ataque
cuando sufrió bajas importantes en años recientes y, además, decidió potenciar
el juego terrestre para proteger a Brady. Asimismo, la defensiva fue vital para
equilibrar la estrategia de un grupo que se reinventa cada año para intentar
conquistar otro Tazón.
Del
otro lado, Seattle Seahawks no tuvo inconvenientes para derrotar a Carolina
Panthers, pero sufrió hasta el agotamiento para dar vuelta la historia ante
Green Bay. Seattle ganó el último campeonato nacional gracias a dos elementos
determinantes: la defensiva y el ataque por tierra. El factor fundamental de la
ofensiva es el corredor Marshawn Lynch, quien llegó en 2010 y sumó yardas y
touchdowns a niveles sorprendentes. Sin embargo, la aparición de Russell Wilson
en 2012 potenció aún más lo que Lynch venía desarrollando, al combinar juego
aéreo y terrestre con gran habilidad e inteligencia. El otro poderío –y
posiblemente el más importante- es el que asume su defensiva, capaz de demoler
las intensiones de cualquier mariscal y de impedir el avance por tierra.
Súper
final inédita, sin antecedentes
El
campeón jugó por primera vez esta final en 2006, cuando cayó ante Pittsburgh
Steelers, pero buscará ser el noveno equipo en ganar dos tazones de manera
consecutiva, algo que no sucede desde que Patriots lo logró en 2004 y 2005. En
total, Patriots jugó 7 Tazones: ganó 3 y perdió 4. Ahora alcanzará la línea de
Steelers y Cowboys, con 8 presencias.
La
súper final será inédita, sin antecedentes y, sobre todo, con los dos mejores
equipos de la NFL como artistas principales. La ofensiva en serie más efectiva de
la liga se topará con la defensiva más dominante. Por lo tanto, el compromiso
dependerá de los planes que tengan sus respectivos entrenadores: Bill Belichick
y Pete Carroll. El primero lideró a su equipo con un récord de 12-4, el mejor
de la conferencia AFC; mientras que Carroll ha guiado a los Seahawks a su
segundo Super Bowl consecutivo, siendo el mejor equipo de la conferencia NFC
con una marca de 12-4. Las jugadas sorpresivas que demostraron en los playoffs
estarán a la orden del día y ese condimento será exclusivo.
Sin
Golden Tate ni Percy Harvin, el perfil estratégico de Seattle para 2014 no
varió demasiado: la idea siempre fue perforar las defensas rivales con su arma
principal, Marshawn Lynch, y dejarle a Russell Wilson la posibilidad de engañar,
optar por pasar, correr o cambiar. Aunque la fortaleza se basa en el
running-back, los ataques de Seahawks ahora son mixtos, permitiendo que Doug
Baldwin, Jermaine Kearse, Luke Wilson y hasta el propio Lynch sumen 20
touchdowns aéreos, sobre 40 totales. El trabajo de Russell Wilson fuera de la
bolsa de protección es magnífico, ya que no es un mariscal ortodoxo. Estos
logros se deben, en parte, a la conformación de una línea ofensiva fuerte y que
provoca el lucimiento de las estrellas. Los baluartes de generar huecos para
Lynch son Justin Britt, James Carpenter, Max Unger, el fullback Will Tukuafu y
el ala cerrada Luke Willson, también dispuesto a recibir algunos pases.
Pero
Seahawks tiene la defensiva número uno de la NFL, capaz de complicar a los
mariscales de campo más asombrosos de la liga y de impedir los acarreos de los
brillantes corredores. Solo tiene un punto flaco que Patriots podría
aprovechar: Seattle recibió demasiados touchdowns con los “ala cerradas” y Rob
Gronkowski es el mejor. Esta será la clave del pleito ya que si “Gronko” atrapa
los envíos de Brady, no habrá chances de evitar los puntos de New England.
Sabido es que Belichick cambió su línea ofensiva, reforzó el ataque terrestre
con LeGarrette Blount y alimentó la defensa. Tras las idas de Aaron Hernández o
Wes Welker, los receptores de segundo orden llegaron para mantener a Brady
contento. Así, Brandon LaFell, Danny Amendola y Julian Edelman se transformaron
en impecables jugadores. Brady puede lanzar lejos o a media distancia porque
siempre habrá manos para sostener sus envíos. Para colmo, Sherman, Chancellor y Earl Thomas
no están al ciento por ciento en lo físico y esto podría ser una ventaja.
Se
acabaron las palabras. En pocas horas los cascos chocarán efusivamente para
definir un nuevo título de la NFL. Los auspiciantes televisivos pagaron más de
4 millones de dólares por 30 segundos de publicidad para vivir un show único…
de Estados Unidos al Mundo.
Por fin se
acabó la espera: hoy es la final de la NFL. Para Seattle será su tercera
presencia y es el actual campeón. New England vuelve al juego definitivo tras
dos temporadas, cuando cayó ante Giants en 2012. Será un duelo táctico
apasionante, con jugadores de elite, como Tom Brady, Rob Gronkowski, Marshawn
Lynch y Richard Sherman. Imperdible.
El
calendario de la NFL es tan agónico como apasionante. Hay que esperar demasiado
tiempo para que los cascos vuelvan a chocar. El domingo será el cierre de la
temporada 2014 y el próximo partido oficial se disputará en agosto. Habrá seis
meses sin balones lanzados o touchdowns. Ni el draft logra llenar ese vacío.
Algunos se regocijan con los jugadores que cambian de equipo, pero nadie puede
comparar transferencias o contratos nuevos con un juego de football. Toda la
angustia del semestre sin deporte se equilibra con la euforia que genera el
“big day” o “súper domingo”.
El
Super Bowl es el evento deportivo por excelencia en los Estados Unidos. El
domingo 1° de febrero, más de 150 millones de personas estarán pendientes de la
transmisión televisiva. Esta vez, dos franquicias se medirán en el estadio de
la Universidad de Phoenix (Glendale, Arizona), donde cerca de 72.000
aficionados se paralizarán ante cada jugada y, sobre todo, vivirán un
espectáculo que crece mundialmente. Además, Patriots vs. Seahawks será un pleito
estratégico extraordinario.
Los
aspirantes al máximo título afrontaron diversas situaciones durante las últimas
temporadas y llegan a esta instancia con perfiles y vivencias peculiares. New
England Patriots viene de eliminar a Baltimore Ravens y de destrozar a
Indianapolis Colts por un amplio margen. Llega con revanchas por cobrar, ya que
perdió los Súper Bowl en 2008 y 2012 ante New York Giants. No obstante, en la
final de conferencia, Patriots fue acusado de desinflar los balones para sacar
rédito deportivo con los pases. Así y todo, es uno de los equipos más poderosos
de la NFL y cuenta con un quarterback temible: Tom Brady es considerado uno de
los mejores de la historia. El entrenador Bill Belichick reestructuró el ataque
cuando sufrió bajas importantes en años recientes y, además, decidió potenciar
el juego terrestre para proteger a Brady. Asimismo, la defensiva fue vital para
equilibrar la estrategia de un grupo que se reinventa cada año para intentar
conquistar otro Tazón.
Del
otro lado, Seattle Seahawks no tuvo inconvenientes para derrotar a Carolina
Panthers, pero sufrió hasta el agotamiento para dar vuelta la historia ante
Green Bay. Seattle ganó el último campeonato nacional gracias a dos elementos
determinantes: la defensiva y el ataque por tierra. El factor fundamental de la
ofensiva es el corredor Marshawn Lynch, quien llegó en 2010 y sumó yardas y
touchdowns a niveles sorprendentes. Sin embargo, la aparición de Russell Wilson
en 2012 potenció aún más lo que Lynch venía desarrollando, al combinar juego
aéreo y terrestre con gran habilidad e inteligencia. El otro poderío –y
posiblemente el más importante- es el que asume su defensiva, capaz de demoler
las intensiones de cualquier mariscal y de impedir el avance por tierra.
Súper
final inédita, sin antecedentes
El
campeón jugó por primera vez esta final en 2006, cuando cayó ante Pittsburgh
Steelers, pero buscará ser el noveno equipo en ganar dos tazones de manera
consecutiva, algo que no sucede desde que Patriots lo logró en 2004 y 2005. En
total, Patriots jugó 7 Tazones: ganó 3 y perdió 4. Ahora alcanzará la línea de
Steelers y Cowboys, con 8 presencias.
La
súper final será inédita, sin antecedentes y, sobre todo, con los dos mejores
equipos de la NFL como artistas principales. La ofensiva en serie más efectiva de
la liga se topará con la defensiva más dominante. Por lo tanto, el compromiso
dependerá de los planes que tengan sus respectivos entrenadores: Bill Belichick
y Pete Carroll. El primero lideró a su equipo con un récord de 12-4, el mejor
de la conferencia AFC; mientras que Carroll ha guiado a los Seahawks a su
segundo Super Bowl consecutivo, siendo el mejor equipo de la conferencia NFC
con una marca de 12-4. Las jugadas sorpresivas que demostraron en los playoffs
estarán a la orden del día y ese condimento será exclusivo.
Sin
Golden Tate ni Percy Harvin, el perfil estratégico de Seattle para 2014 no
varió demasiado: la idea siempre fue perforar las defensas rivales con su arma
principal, Marshawn Lynch, y dejarle a Russell Wilson la posibilidad de engañar,
optar por pasar, correr o cambiar. Aunque la fortaleza se basa en el
running-back, los ataques de Seahawks ahora son mixtos, permitiendo que Doug
Baldwin, Jermaine Kearse, Luke Wilson y hasta el propio Lynch sumen 20
touchdowns aéreos, sobre 40 totales. El trabajo de Russell Wilson fuera de la
bolsa de protección es magnífico, ya que no es un mariscal ortodoxo. Estos
logros se deben, en parte, a la conformación de una línea ofensiva fuerte y que
provoca el lucimiento de las estrellas. Los baluartes de generar huecos para
Lynch son Justin Britt, James Carpenter, Max Unger, el fullback Will Tukuafu y
el ala cerrada Luke Willson, también dispuesto a recibir algunos pases.
Pero
Seahawks tiene la defensiva número uno de la NFL, capaz de complicar a los
mariscales de campo más asombrosos de la liga y de impedir los acarreos de los
brillantes corredores. Solo tiene un punto flaco que Patriots podría
aprovechar: Seattle recibió demasiados touchdowns con los “ala cerradas” y Rob
Gronkowski es el mejor. Esta será la clave del pleito ya que si “Gronko” atrapa
los envíos de Brady, no habrá chances de evitar los puntos de New England.
Sabido es que Belichick cambió su línea ofensiva, reforzó el ataque terrestre
con LeGarrette Blount y alimentó la defensa. Tras las idas de Aaron Hernández o
Wes Welker, los receptores de segundo orden llegaron para mantener a Brady
contento. Así, Brandon LaFell, Danny Amendola y Julian Edelman se transformaron
en impecables jugadores. Brady puede lanzar lejos o a media distancia porque
siempre habrá manos para sostener sus envíos. Para colmo, Sherman, Chancellor y Earl Thomas
no están al ciento por ciento en lo físico y esto podría ser una ventaja.
Se
acabaron las palabras. En pocas horas los cascos chocarán efusivamente para
definir un nuevo título de la NFL. Los auspiciantes televisivos pagaron más de
4 millones de dólares por 30 segundos de publicidad para vivir un show único…
de Estados Unidos al Mundo.
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