La relación de Donald Trump con el deporte más popular de Estados Unidos comenzó oficialmente en 1983, cuando compró un equipo
de football de una liga emergente. Eran tiempos donde el
imperio anglosajón de Ronald Reagan expandía su cultura por el globo gracias a la televisión por cable. En aquella época, la NFL
–National Football League- se consolidaba como la primera
disciplina norteamericana, desplazando definitivamente al béisbol. La llegada de un "desconocido" empresario de bienes raíces al fútbol americano fue una apuesta audaz, e incluso visionaria, pero su final sería escandaloso…
Con la adquisición de New Jersey Generals, el nombre de Donald John Trump apareció en los periódicos 161 veces; es decir, mucho más que en los cuatro años anteriores. El ingreso del magnate al mundo deportivo tuvo un ascenso inmediato entre los propietarios de los equipos y escaló hasta ser el máximo referente de la naciente USFL, una liga que prosperó gracias a una huelga de jugadores de
El siguiente paso del excéntrico
empresario fue demasiado ambicioso y consistió en impulsar un calendario de invierno para su proyecto. Al
mismo tiempo, atacó al monstruo de la
NFL acusándola de monopólica y demandándola en 1.700 millones
de dólares. La última estrategia estaba basada en fusionar ambas ligas, tras vencer
en el litigio judicial. Por supuesto que el caso terminó en la Corte y, aunque Trump ganó el juicio,
el argumento del jurado fue que Donald y los demás propietarios “no necesitaban
dinero”, por lo tanto, le otorgaron a la USFL ¡un solo dólar! en concepto de daños. Fue un desenlace demasiado humillante para un hombre tan hambriento de poder.
La liga paralela, que
duró apenas tres temporadas, desarrolló ideas brillantes y pudo haber sido una competencia
interesante, pero sucumbió con el accionar de Trump y sus laderos. A pesar de
todo el desenfreno, el legado de la fallida USFL fue positivo porque, a partir de allí, la NFL adquirió algunas reglas de
aquella, como las conversiones de dos puntos extra luego de anotar un touchdown y las revisiones televisivas
de los fallos arbitrales. Además, muchos especialistas creen que la NFL fue más atractiva luego de
la desaparición de la USFL
de Trump, ya que también adoptó paulatinamente el creciente juego de pases, en
una década donde todavía se priorizaba correr con el balón.
El primer paso del candidato presidencial por el fútbol americano fue breve, dramático y estruendoso.La USFL
quebró, los equipos desaparecieron, muchos jugadores se retiraron y los dueños
perdieron millones. Al magnate le permitió darse a conocer en un país que aún
no registraba su nombre; al menos hasta ese 29 de julio de 1986, cuando Donald
Trump acaparó las tapas de todos los diarios desde los tribunales. A partir de allí, fue nombrado por los periódicos en 161 ocasiones.
Años más tarde, y también antes de la USFL, el presidente norteamericano volvería a la carga -en distintas oportunidades- para intentar comprar equipos de la NFL. Pero esa es otra historia...
El primer paso del candidato presidencial por el fútbol americano fue breve, dramático y estruendoso.
Años más tarde, y también antes de la USFL, el presidente norteamericano volvería a la carga -en distintas oportunidades- para intentar comprar equipos de la NFL. Pero esa es otra historia...
(Publicado en octubre de 2016 y reeditado en julio de 2020).
Basado en notas de Bleacher Report y Business Insider.