Los Broncos de Manning son una superpotencia dentro del mundo NFL. Este
calificativo deberá ser confirmado durante la campaña para aspirar al tan
deseado anillo. De lo contrario, Chargers y Chiefs estarán al acecho para
derrumbarlos. Además, en Oakland necesitan un respiro y este año están dadas
las condiciones para lograr la reactivación. La previa de la AFC Oeste.
Denver se reencontró con el éxito
tras la llegada de Peyton Manning en 2012. Sin embargo, el “hombre estadística”
todavía no pudo conquistar el segundo anillo de su carrera, a pesar de todos
los esfuerzos que la directiva viene realizando para rodearlo con lo mejor de
la liga. Junto a Patriots, dominan la AFC cómodamente, aunque los resultados de
ambos en postemporada son totalmente inversos. La perfección en temporada
regular de Denver se derrumba en playoff. Para colmo, el veterano quarterback
podría jugar su última campaña y en Broncos no se avizora un plan B. Para este
año, la directiva contrató a Gary Kubiak para que dirija la ofensiva, que
deberá apuntalar su línea para proteger como nunca al líder. La gran
incorporación es la de Owen Daniels (TE, Ravens), luego de que se marcharan
Julius Thomas (Jaguars), Jacob Tamme (Falcons) y Wes Welker. En el draft sumaron
a Shane Ray (OLB), Ty Sambrailo (OT) y Jeff Heuermann (TE) en sus primeros
lugares. Jugar el Súper Bowl será lo mínimo que le exijan…
Más allá de las jerarquías de la
división, Chiefs ha logrado ser un duro rival y se clasificó a playoff en dos
de las últimas cinco temporadas, desplazando a una franquicia histórica
–Raiders- y a un conjunto talentoso –Chargers-. Con Andy Reid como capitán del
barco, Kansas City se ganó un lugar de prestigio en la conferencia americana y
este año no tiene pensado bajar la guardia. El poderío de Chiefs se basa en el
temible juego terrestre de Jamaal Charles y en una defensiva que infunda miedo.
En segundo orden, Alex Smith asoma como un buen mariscal, pero muchos creen que
jamás será excelente. Al equipo le basta para ordenarse y avanzar
criteriosamente, aunque la falta de lanzamientos anotadores hacia sus wide
receivers es un indicio de debilidad. La llegada de Jeremy Maclin (WR) desde Eagles servirá para afrontar ese problema, al
igual que el reclutamiento de Chris Conley (WR) en el draft. Otro inconveniente
de Chiefs está en la secundaria, por lo tanto, el arribo de Tyvon Branch (SS,
Raiders) y las elecciones de los cornerbacks Marcus Peters y Steven Nelson
deberían alcanzar para equilibrar la trinchera.
San Diego es otro de los casos
para diván de la NFL. En la última década, ha tenido entrenadores distinguidos
y armó plantillas poderosas. Su mariscal de campo es de los más inteligentes de
la conferencia y en temporada regular amagan constantemente con devorarse a los
rivales. Pero en las últimas semanas de cada campeonato el nivel decae hasta las
lágrimas y llegar a los playoff resulta una utopía-. Philip Rivers está para
jugar un Súper Bowl, aunque sus performances flaqueen inexplicablemente. Sin
embargo, no todo pasa por el quarterback en una ofensiva y mucho menos en un
equipo algo desequilibrado. Chargers se desprendió del experimentado Ryan
Matthews (RB) para jugar con el novato Melvin Gordon. Es una apuesta. El cuerpo
de receptores estará completo con Stevie Johnson (49ers), pero los que deben
atrapar más balones serán Antonio Gates y Keenan Allen. En la defensiva, la
secundaria podría lucirse con los rookies Denzel Perryman, Craig Mager y Kyle
Emanuel, aunque -al igual que la ofensiva- deberá mejorar a sus linieros; tal
vez los puntos más flacos del equipo de Mike McCoy. Como ocurre cada año, San
Diego está para grandes cosas, o al menos, eso es lo que insinúa
permanentemente...
Diferente es el paradigma de
Raiders, una franquicia devaluada –sobre todo en la última década- y que ha
fracasado en todos sus intentos por repuntar. Por Oakland desfilaron varios entrenadores,
managers, quarterbacks y figuras. El registro dice que desde 2002/03 no
clasifica a postemporada y este dato es incuestionable. Jack Del Rio arribó
desde Denver con muchas obligaciones, pero sin presiones. Con su experiencia y
capacidad, el entrenador sabrá cómo reflotar un equipo devastado. Para la
temporada venidera, el comando del ataque estará en las manos del novato 2014 Derek
Carr, quien demostró cualidades técnicas y deberá rendir exámenes
constantemente. En el draft eligieron a uno de los mejores receptores
universitarios para ayudarlo: Amari Cooper. También seleccionaron a Clive
Walford, un tight end prometedor y que tendrá minutos alternativamente. En la
agencia libre contrataron a Michael Crabtree (WR, 49ers), Roy Helu (RB,
Redskins), Christian Ponder (QB, Vikings) y Rodney Hudson (C, Chiefs), todos
valores para reagrupar la ofensiva. La defensiva es fuerte en la secundaria,
con linebackers talentosos como Khalil Mack y Moore. El nuevo entrenador Ken Norton
-ex Seattle- deberá mejorar la línea frontal. El arribo de Dan Williams
(Cardinals) y la elección de Mario Edwards deberían aportar el talento
necesario para un sector disminuido. Si en Raiders se olvidan del pasado
reciente, este año podrán reconstruir lo que no pudieron desde hace diez.