Eli Manning lanzó dos touchdowns y se convirtió en la
referencia que Giants esperaba para resurgir. La defensiva creció y los
receptores estuvieron afilados. Fue demasiado, Redskins sufrió bastante y nunca
supo resolver sus problemas. Arriba Giants 32-21.
El duelo divisional fue para Giants. Mucho se especuló sobre
la “muerte adelantada” de New York a poco del inicio de la temporada. El
repunte de Washington en casa ante Rams y los flojos desempeños de Eli Manning,
presagiaron apresuradamente un resultado inverso al que muchos imaginaron. En
definitiva, un gran primer cuarto del conjunto de “la gran manzana” fue
suficiente para destruir los pronósticos apocalípticos.
En la NFL, los números nos engañan y los fanáticos y
especialistas son (somos, me incluyo) propensos a estudiar los partidos según
las estadísticas, pecando a la hora de analizar desempeños o rivales. Los
comienzos de Seahawks, Colts, Ravens o Lions sorprenden por algunos factores,
pero que Giants arranque 0-2 no es llamativo. El año pasado sucedió algo
similar y los de New York ganaron en la semana 3 ante Texans.
El juego del jueves de la semana 3 fue simplificado para los
locales por las intercepciones a Kirk Cousins (2), quien es confirmado semana a
semana porque RGIII no es tenido en cuenta. Además, Eli Manning pudo despegar
su fuerza aérea y el equipo defensivo resurgió para ser protagonista.
La primera intercepción de Prince Amukamara Cousins fue trascendental
para aminorar las aspiraciones de la visita. Andre Williams anotó el touchdown
inicial y marcó el rumbo del juego. Previo a esa acción, Rashad Jennings había
bloqueado una patada de despeje y, como el balón salió de la zona de anotación,
valió el safety. Un gol de campo de Josh Brown sentenció el 12-0 parcial del
cuarto.
Luego, los períodos siguientes sirvieron para el intercambio
de goles de campo, pero en el desarrollo solo agregaron estadísticas y fallas.
Todo el trabajo que Redskins realizó por tierra con Alfred Morris ante Rams y
Dolphins fue destrozado por la muralla neoyorquina. Para colmo, otra lesión
complica el armado del equipo de cara al futuro, ya que DeAngelo Hall venía
desempeñándose con solidez, hasta que su rodilla derecha dijo basta.
Lo mejor sucedió en el último cuarto, donde ambos marcaron
dos veces touchdowns, con las defensivas desgastadas por el trajín del partido.
El definitivo fue de Odell Beckham, quien atrapó un pase de Manning de 30
yardas y en 15 juegos ya acumuló 1.474 yardas con 17 touchdowns. Tremendo.
No solo Beckham trabajó exitosamente, también lo hizo su
compañero Rueben Randle, quien acumuló 116 yardas en 7 recepciones y marcó una
anotación tras otro notable lanzamiento de Eli, quien retornó del ostracismo
para dejar en claro que ostenta dos anillos grandes.
Chris Thompson descontó puntos en una serie de 74 yardas,
mientras que Rashad Ross regresó una patada en un trayecto de 100 yardas para
el touchdown definitivo del encuentro. Washington jamás tuvo posibilidades de
dar vuelta la historia. En cambio, Giants manejó los hilos del partido como si
se tratara de un entrenamiento y, con el triunfo, reaviva la competencia en la
división.
Eli Manning lanzó dos touchdowns y se convirtió en la
referencia que Giants esperaba para resurgir. La defensiva creció y los
receptores estuvieron afilados. Fue demasiado, Redskins sufrió bastante y nunca
supo resolver sus problemas. Arriba Giants 32-21.
El duelo divisional fue para Giants. Mucho se especuló sobre
la “muerte adelantada” de New York a poco del inicio de la temporada. El
repunte de Washington en casa ante Rams y los flojos desempeños de Eli Manning,
presagiaron apresuradamente un resultado inverso al que muchos imaginaron. En
definitiva, un gran primer cuarto del conjunto de “la gran manzana” fue
suficiente para destruir los pronósticos apocalípticos.
En la NFL, los números nos engañan y los fanáticos y
especialistas son (somos, me incluyo) propensos a estudiar los partidos según
las estadísticas, pecando a la hora de analizar desempeños o rivales. Los
comienzos de Seahawks, Colts, Ravens o Lions sorprenden por algunos factores,
pero que Giants arranque 0-2 no es llamativo. El año pasado sucedió algo
similar y los de New York ganaron en la semana 3 ante Texans.
El juego del jueves de la semana 3 fue simplificado para los
locales por las intercepciones a Kirk Cousins (2), quien es confirmado semana a
semana porque RGIII no es tenido en cuenta. Además, Eli Manning pudo despegar
su fuerza aérea y el equipo defensivo resurgió para ser protagonista.
La primera intercepción de Prince Amukamara Cousins fue trascendental
para aminorar las aspiraciones de la visita. Andre Williams anotó el touchdown
inicial y marcó el rumbo del juego. Previo a esa acción, Rashad Jennings había
bloqueado una patada de despeje y, como el balón salió de la zona de anotación,
valió el safety. Un gol de campo de Josh Brown sentenció el 12-0 parcial del
cuarto.
Luego, los períodos siguientes sirvieron para el intercambio
de goles de campo, pero en el desarrollo solo agregaron estadísticas y fallas.
Todo el trabajo que Redskins realizó por tierra con Alfred Morris ante Rams y
Dolphins fue destrozado por la muralla neoyorquina. Para colmo, otra lesión
complica el armado del equipo de cara al futuro, ya que DeAngelo Hall venía
desempeñándose con solidez, hasta que su rodilla derecha dijo basta.
Lo mejor sucedió en el último cuarto, donde ambos marcaron
dos veces touchdowns, con las defensivas desgastadas por el trajín del partido.
El definitivo fue de Odell Beckham, quien atrapó un pase de Manning de 30
yardas y en 15 juegos ya acumuló 1.474 yardas con 17 touchdowns. Tremendo.
No solo Beckham trabajó exitosamente, también lo hizo su
compañero Rueben Randle, quien acumuló 116 yardas en 7 recepciones y marcó una
anotación tras otro notable lanzamiento de Eli, quien retornó del ostracismo
para dejar en claro que ostenta dos anillos grandes.
Chris Thompson descontó puntos en una serie de 74 yardas,
mientras que Rashad Ross regresó una patada en un trayecto de 100 yardas para
el touchdown definitivo del encuentro. Washington jamás tuvo posibilidades de
dar vuelta la historia. En cambio, Giants manejó los hilos del partido como si
se tratara de un entrenamiento y, con el triunfo, reaviva la competencia en la
división.