El otro
duelo de wild cards del día domingo será entre Green Bay Packes y Washington
Redskins, dos conjuntos con realidades muy diferentes. Posiblemente, coincidan
en sus perfiles tácticos, pero uno acumuló derrotas recientes y el otro sumó
cuatro victorias al hilo para llegar a los playoff de la NFL.
Antes del inicio de la temporada, Green Bay Packers era considerado el rival a batir de la Conferencia Nacional. Con una defensiva sólida y diagramada en 2014, más el juego terrestre consolidado desde Eddie Lacy y el potencial aéreo de Aaron Rodgers y compañía, este equipo pintaba para ser de los mejores. Los seis primeros triunfos en fila hicieron olvidar la lesión del receptor Jordy Nelson, para reafirmar la teoría de candidato. No obstante, algo pasó y las derrotas surgieron desde las profundidades para lanzar dudas sobre el terreno verde y amarillo.
El bajón
llegó desde la línea ofensiva, que se desmoronó e hizo retroceder al temible
juego de ataque de Packers, hasta convertirlo en migajas. Green Bay culminó
como ofensiva 23º en la general, 12º por tierra y ¡25º en pases! Este número
fue alarmando a toda la franquicia porque si hay algo que no le faltaba al
conjunto de Mike McCarthy era juego aéreo, su principal bastión. El quarterback
Aaron Rodgers totalizó 3.821 yds y 31 touchdowns,
mientras James Jones (WR), Randall Cobb (WR) y Richard Rodgers (TE) superaron
las 2.200 yardas ,
con 22 anotaciones. Así y todo, la principal apuesta seguirá siendo el mariscal
de campo y sus lanzamientos.
Durante varios años, el talón de Aquiles de Packers
fue la ofensiva terrestre y desde que Eddie Lacy se asentó, las críticas
parecían callar. Nada de eso, este año, el corredor principal flaqueó en su
rendimiento y fue reemplazado parcialmente por James Starks (601 yds ). Lacy sumó 758 yardas y entre ambos
runningbacks solo totalizaron 5 touchdowns terrestres entre ambos.
En tanto, la defensiva puede darse el lujo de ser fuerte
ante los pases y allí alimenta sus posibilidades ante Kirk Cousins. Con la
presencia de dos linebackers confiables, como Julius Peppers (10.5 capturas)
y Clay Matthews (6.5), más el trabajo del profundo Clixon Dix (83 tacles) y la
labor de Bashaud Breeland (59 tacles), el mariscal de Washington tendrá que
protegerse más de la cuenta. El inconveniente que presentó el blindaje de
Packers fue cuando le avanzar por tierra. Al menos, el rival no cuenta con una
herramienta potente de ese estilo para intentar doblegarlo. Igualmente, el
factor A es Aaron Rodgers.
Desde la capital norteamericana, Redskins intentará imponerse desde su
ofensiva aérea, comandada por Kirk Cousins, quien fuera drafteado tras la
elección de Robert Griffin III en 2012. La realidad fue golpeando a RG3 y Kirk
le ganó la pulseada. Sin embargo, las miserias de la NFC Este elevaron el
perfil del equipo hasta su clasificación a la postemporada. Cousins lanzó para 4.166 yardas y 29 TD,
siendo capturado apenas en 26 ocasiones. Esto habla muy bien de la línea
ofensiva, que perdió a Shawn Lauvao (G), Kory Lichtensteiger (C). El mariscal de
campo contó con buenas opciones de pase, como el ala cerrada Jordan Reed (952 yds , 11 TD), Pierre
Garcon (777 yds ,
6 TD), Jamison Crowder (604
yds , 2 TD) y el recuperado DeSean Jackson (528 yds , 4 TD).
Por tierra, Alfred Morris y Matt Jones aportaron con sus acarreos para
darle aire al juego aéreo, aunque sus números ubican a esta unidad como la
número 17ª de la NFL. Sabiendo que Packers es débil defendiendo corridas,
posiblemente tengan alguna chance para sorprender. Ahora, los problemas llegan
ala hora de defenderse porque Washington fue el sistema número 28º en la liga y
carece de especialidades. Para colmo sintieron las ausencias de Stephen Paea
(DE), Junior Galette (DE) y Chris Culliver (CB) y ahora rezan para que su
principal tacleador, Dashon Goldson, llegue al domingo.
En consecuencia, dos defensivas endebles tendrán delante buenas ofensivas
aéreas. La diferencia está en que Green Bay detiene mejor los pases. Si desean
correr, la suerte brindará un mejor panorama al runningback que encuentre rutas
de escape porque durante el año poco hicieron por alimentarse. Washington sabe que un gigante dormido es más peligroso que un gran candidato, por ello, deberá cuidarse el doble que de costumbre.