Apostar a ganador en esta división viene ocasionando pérdidas. Los
amagues de Colts por jugar un Super Bowl quedaron atrás. El crecimiento de
Texans se detuvo. Mientras que Titans y Jaguars buscaron permanentemente la
refundación. Ahora, los pies pueden estar de cabeza.
A pesar de todo, Indianapolis Colts luce la mejor plantilla sin poder confirmarlo en temporada o playoff. Andrew Luck es el quarterback del futuro, o eso creemos algunos, y lo han rodeado para lucirse. Las lesiones en 2015 fueron fatales para cumplir con las promesas. Colts cambió la estrategia y solo se reforzó en el backfield (Robert Turbin) y en la secundaria (Patrick Robinson). Dejaron marchar a Fleener y Andre Johnson para que Luck apunte hacia las caras conocidas: Moncrief, Hilton y Allen. Y como sucede en varios equipos de mariscales explosivos, el talón de Aquiles está en la defensa y en la carrera.
A pesar de todo, Indianapolis Colts luce la mejor plantilla sin poder confirmarlo en temporada o playoff. Andrew Luck es el quarterback del futuro, o eso creemos algunos, y lo han rodeado para lucirse. Las lesiones en 2015 fueron fatales para cumplir con las promesas. Colts cambió la estrategia y solo se reforzó en el backfield (Robert Turbin) y en la secundaria (Patrick Robinson). Dejaron marchar a Fleener y Andre Johnson para que Luck apunte hacia las caras conocidas: Moncrief, Hilton y Allen. Y como sucede en varios equipos de mariscales explosivos, el talón de Aquiles está en la defensa y en la carrera.
La sorpresa será Jacksonville Jaguars. Armó una defensa competitiva para olvidarse
de los papelones de antaño y, como dicen los que saben, lo primordial en la NFL es la trinchera. Con un
draft memorable, agregó a su plantel a una de las figuras del campeón, Malik
Jackson, a Kelvin Beachum (Steelers) y a Tashaun Gipson (Browns). El ataque
despegará con las migajas de 2015 y, seguramente, será factor de inquietud en
los rivales, con Blake Bortles en la conducción y Chris Ivory (Jets) y TJ
Yeldon como as de bastos por tierra.
Los Houston Texans crecieron de a poco desde su nacimiento, pero se derrumbaron
en las últimas campañas. Casi todo depende del líder defensivo, JJ Watt y es
momento de armar un ataque que, al menos, sorprenda. Así, incorporaron a Brock
Osweiler, quien arribó desde Broncos a pesar del retiro de Peyton Manning.
Firmó por 72 millones y cuatro años de contrato y tendrá la protección de uno
de los mejores especialistas: Jeff Allen (Chiefs). El backfield tuvo un enroque
entre Lamar Miller y Arian Foster (Dolphins).
Por último, Tennessee Titans refleja una caja de sorpresas. Marcus Mariota
creyó que se llevaba la liga por delante y, tras unos cuantos golpes, se
estabilizó y jugó más seguro. Ahora, incorporaron a DeMarco Murray (Eagles)
para potenciar el juego terrestre y repartir responsabilidades con el
quartarback. Como todo equipo en construcción, hay que tenerle paciencia y no
exigirle demasiado.