Culminó la temporada regular de la NFL y los 12 clasificados empezarán
a transitar el difícil camino de los playoff. Al final, los campeones de cada
Conferencia disputarán el Super Bowl el domingo 5 de febrero, en Houston, donde
Lady Gaga será la principal artista del show del entretiempo. Por la
conferencia Americana (AFC), New England Patriots y Kansas City Chiefs
esperarán a los ganadores del próximo fin de semana. En la conferencia Nacional
(NFC), Dallas Cowboys y Atlanta Falcons también aguardarán rivales. Ahora es
momento de analizar brevemente a los protagonistas de los WildCard Games.
Pittsburgh
Steelers recibirá a Miami Dolphins (AFC): Indiscutiblemente, Steelers es el
favorito. En ninguna línea Miami supera a Pittsburgh, salvo por lo que pueda
suceder con los equipos especiales, con el corredor revelación, Jay Ajayi, o
por el talento de algunos jugadores defensivos.
-STEELERS. El trío estelar Roethlisberger-Brown-Bell es una unidad de ataque capaz de doblegar a cualquier
defensa, producto del potencial individual y colectivo. Por aire, la dupla
conformada por Big-Ben y Antonio Brown ha sido de lo mejor en la
NFL. Por tierra, Steelers fue igualmente
demoledor con Le’Veon Bell (1268
yardas ). Además, Bell fue el segundo receptor de
Pittsburgh, por encima de Rogers y Coates. El punto flaco de Steelers era su
defensiva, pero la secundaria creció notoriamente bajo el liderazgo del
veterano James Harrison, quien no ostenta los números de antaño, aunque
contagia desde su espíritu. En definitiva, Steelers está preparado para la
avanzar a la siguiente instancia, aunque el entrenador Mike Tomlin tendrá la
obligación de llegar al partido de febrero o su futuro será condicionado.
-DOLPHINS. Fue una sorpresa, sobre
todo porque comenzó a los tumbos. De a poco, el entrenador Adam Gase realizó
algunos cambios y por tierra surgió un tapado: Jay Ajayi. El corredor nunca fue
opción principal en Dolphins tras el paso de Lamar Miller (hoy en Houston) y la
inclusión de Arian Foster. La lesión del ex Texans simplificó las cosas y Ajayi
(1272 yardas )
se ganó un lugar. La magra historia de los runningbacks en Miami provocó que el
juego de ataque sitúe a Ryan Tannehill en el ojo de la tormenta. A pesar de las
críticas, el quarterback registró el mejor porcentaje de pases completos de su
carrera (67,1%). Una lesión reciente lo marginaría de la postemporada y Matt
Moore asume esa responsabilidad sin haber actuado jamás en playoff. En cuanto
al trabajo defensivo, Miami creció muchísimo ante el pase ajeno, pero deja
demasiados huecos cuando le corren con el balón.
Houston
Texans será local ante Oakland Raiders (AFC): Si Oakland contase con su mariscal
de campo titular, la historia sería muy diferente. Connor Cook reemplazará a
Derek Car y es toda una incógnita. Esto equipara el duelo con Texans, que con
su gran defensiva y un corredor explosivo pueden llevarse el pleito por
delante.
-TEXANS. Los milagros existen y Texans es
uno de esos equipos que se benefician con las carencias de la división que
integran. El mayor mérito de la franquicia continúa siendo la sólida defensiva, que no contó con J.J. Watt por una lesión. Luego, los compañeros de la trinchera
aparecen escalonados para generar caos en el ataque rival. Con eso, Houston
justifica su presencia en postemporada, ya que la ofensiva es de las más flojas
de la AFC. Los
principales protagonistas del ataque –tanto positivos como negativos- son Brock
Osweiler, Lamar Miller y DeAndre Hopkins. El receptor es el único sustento real
de la fase aérea, mientras que el corredor fue su mejor hombre del año con 1.073 yardas . En
tanto, el ex quarterback de Broncos fue –para muchos- una decepción, como la
mayoría de mariscales de campo que contrata esta franquicia.
-RAIDERS. Oakland pasa de la euforia
a la cautela. Es el ying y el yang. El ataque poderoso y la defensa paupérrima.
En esta temporada, Derek Carr se atrevió a todo tipo de lanzamientos y encontró
en Amari Cooper y en Michael Crabtree dos socios letales para lucir su juego
aéreo. Por tierra, también contó con elementos importantes para repartir las
estrategias ofensivas, gracias a las corridas de Latavius Murray y sus 12
touchdowns. Sin embargo, la lesión de Carr será un factor determinante y todo
lo que construyó durante el año podría perderse con la ausencia del quarterback
titular. En la faz defensiva encontramos el talón de Aquiles y allí recaerá
todo el peso de la postemporada, ya que es muy difícil avanzar a las finales
sin una trinchera sólida.
Green
Bay Packers esperará a New York Giants (NFC): Será uno de los duelos más parejos,
interesantes, inesperados y, posiblemente, despiadados de los WildCard Games.
Con diferentes matices y algunas similitudes, Packers y Giants cuentan con dos
mariscales de campo que ya conquistaron un Super Bowl llegando desde atrás.
-PACKERS. Green Bay tocó fondo en Washington,
tras una serie de derrotas que parecían hundirlo. Aaron Rodgers tomó conciencia
de ello y también de los posibles cambios que habrá en la plantilla si no
clasificaban a postemporada. Así, junto a Jordy Nelson, empezaron a remontar la
historia y los pases volvieron a relucir el ataque de Packers, que culminó con
52 touchdowns (2° en la NFL
junto a Patriots y detrás de Falcons). Sin Eddie Lacy –pasado en kilos- y con
Ty Montgomery devenido en corredor-receptor, el backfield mejoró y hasta
Rodgers se animó a correr. En cuanto a la defensiva, sigue ostentando un buen
perfil ante la carrera, pero contra los pases es tan mala como cualquiera otra
de la NFL. El
cierre del año para Green Bay fue arrollador y con ese ímpetu llega a postemporada.
-GIANTS. El resurgimiento de Giants se debe
al crecimiento de su defensiva, poderosísima ante los acarreos (3° en la NFL ) y bastante normal ante
los pases. El plus lo dio Landon Collins, quien junto a Rodgers-Cromartie y
Janoris Jenkins sumaron 14 intercepciones. Esta unidad podría competirle mano a
mano a la “Legion of Boom”. En tanto, el ataque depende más de Odell Beckham
Jr. que del legendario mariscal Eli Manning, quien sumó 16 intercepciones y 26
touchdowns, entre otros números que demuestran que New York posee un ataque
mediocre. Así y todo, Giants puede despertarse una mañana y destruir cualquier
pronóstico o estadística, ya que es un equipo impredecible, talentoso y
totalmente anímico, como su líder ofensivo.
Seattle
Seahawks tendrá la visita de Detroit Lions (NFC): Claramente, la NFC tendrá duelos más parejos
y con favoritismos menos marcados que la Americana. El encuentro entre
Lions y Seahawks será apasionante porque se parecen en algunos aspectos, pero
habrá que estar atentos a dos puntos: la falta de presiones sobre Detroit y el
semblante de la plantilla de Seattle, algo desgastada por alguna pelea
reciente.
-SEAHAWKS. La lesión de Russell Wilson genera
dudas en el futuro inmediato. Además, una discusión entre dos jugadores pudo
ser el cimiento de una fractura en el plantel. Estos factores podrían
influenciar al conjunto de Pete Carroll, aunque el de mayor injerencia podría
ser la presión de ganar. Seahawks se acostumbró al éxito y una derrota no está
prevista en el calendario. Su defensiva es de lo mejor en la NFL y sirvió de ejemplo para
varios entrenadores. Este argumento continúa posicionando a Seattle como uno de
los favoritos de la NFC. En la
ofensiva, hubo cambios y Wilson tuvo que lanzar más de lo debido ante las
lesiones de Thomas Rawls. El resurgimiento de Jimmy Graham y el crecimiento de
Doug Baldwin le permitieron generar lanzamientos exitosos, a pesar de las 11
intercepciones sufridas. A pesar de ser más que el rival de turno, Seattle
necesita recuperar su juego terrestre para ser indiscutido.
-LIONS. No recuerdo cuál colega lo dijo,
pero sí la frase textual: “El retiro de Calvin Johnson va a beneficiar el juego
de Mattew Stafford”. El talentoso quarterback se potenció y, sin presiones
ajenas –la de elevar a Calvin Johnson hasta convertirlo en semidios-, supo
conducir a Golden Tate y Anquan Boldin hasta lograr un juego aéreo brillante. Así
llegó hasta el objetivo, a pesar de la división que integra, con Detroit
prendido en la pelea. Esta franquicia tuvo que renovar parcialmente su ofensiva
-tras la ida de “Megatrón” y el desacierto con los corredores- y modificar la
actitud de algunos jugadores defensivos, quienes confundían agresividad con
violencia. El resultado fue una trinchera sólida y sin grandes falencias. En
consecuencia, Lions es un equipo equilibrado, con pocos matices para lucirse y
escasos problemas, aunque como unidad podría desgastar a cualquiera hasta el
agotamiento.