Green Bay Packers - Atlanta Falcons, pelearán por el campeonato de la Conferencia Nacional
(NFC). El partido será el domingo a las 17:05 (ARG) y el vencedor disputará el Super Bowl el 5 de febrero.
Green
Bay Packers. Ganó su división tras 10 triunfos y 6 derrotas. Al
mismo tiempo de integrar uno de los grupos más parejos y difíciles de la Conferencia Americana ,
Green Bay tuvo un comienzo dramático, con malos resultados y el alarmante
record de 4-6 en las primeras 10 jornadas. De las cuatro franquicias
finalistas, es el que más rivales difíciles enfrentó, llegando prácticamente
agotado al cierre de la temporada regular.
Con un Aaron Rodgers imparable, Packers
ganó los últimos 6 partidos del año, peleando mano a mano la clasificación a
los playoff y resistiendo con una plantilla diezmada por la exigencia
deportiva. Todos los compromisos de su división -Bears, Vikings y Lions- deben
ser considerados dificultosos. Además de aquellos juegos divisionales (6),
Green Bay jugó contra Giants (23-16), Cowboys (16-30), Falcons (32-33), Redskins
(24-42), Texans (21-13) y Seahawks (38-10).
Ya en postemporada, eliminó Giants (38-13)
sin sobresaltos y con notable contundencia, tanto en ataque como en defensa. La
baja de Jordy Nelson (WR) no fue un obstáculo para enfrentar a Cowboys (34-31),
pero la rigurosidad del partido generó que Packers sufra otras lesiones. Así,
prenden velas por Davante Adams (WR), Geronimo Allison (WR), Quinten Rollins
(CB) y Morgan Burnett (SS).
Green Bay fue de menos a más con un
Rodgers imparable, pero ante Dallas dejó algunas dudas. ¿Habrá llegado a su
máximo rendimiento? Muchos dirán que para Aaron Rodgers no existe techo alguno,
algo muy cierto, pero el plantel luce algo diezmado y necesitarán una dosis de
entrega extra para detener a Falcons.
Atlanta
Falcons. Se llevó su división con 11 victorias y 5 caídas. A diferencia de
Packers, el conjunto de Dan Quinn tuvo un calendario más o menos favorable y no
enfrentó tantos rivales complicados. Al cierre del año, ganó los últimos 4
encuentros y obtuvo el privilegio de descansar en la primera semana de
playoff. El poderío ofensivo de Atlanta fue descomunal y registró más puntos
que cualquier otro equipo, con 33.8 de anotaciones promedio por partido y 63
touchdowns totales. La máxima responsabilidad fue de su quarterback y candidato
al MVP, Matt Ryan, del corredor Devonta Freeman y del estelar receptor Julio
Jones.
Tanto por tierra como por aire, Falcons se instaló entre los mejores de la NFL y ganó 7 partidos por más
de 7 puntos de diferencia. Ahora, fuera del calendario de su divisional
-Saints, Buccaneers y Panthers- el equipo de Atlanta solo se midió ante cinco
rivales reales de peso: Raiders (35-28), Broncos (23-16), Seahawks (24-26), Packers
(33-32) y Chiefs (28-29).
En playoff, Falcons eliminó a Seattle sin inconvenientes, a pesar de la
rudeza que atraía el rival de turno. Sin embargo, y aún más en este duelo,
Atlanta lució una defensiva excelente, que equilibró sus cualidades
estratégicas para ser un conjunto completo. Para el juego con Green Bay, la
trinchera tendría a todos los jugadores listos, a pesar de algunas lesiones
menores en Keanu Neal y Jonathan Babineaux. La preocupación pasa por el
receptor estelar y pilar ofensivo Julio Jones, quien será evaluado hasta último
momento, pero no se duda de su participación.
Atlanta desarrolló su juego en base al tridente ofensivo, pero en los
partidos recientes destapó uno de los secretos tácticos: conformar una sólida
línea ofensiva que proteja a Ryan y que prepare las rutas terrestres para
Freeman. Para colmo, elevó el nivel de la secundaria hasta convertirla en
competitiva, lo que le permite a Falcons cerrar el círculo perfecto de
rendimiento general.