En primer lugar, es el
equipo modelo de la década y cuenta con el mejor quarterback de la
NFL. Para colmo, encontró en LeGarrete
Blount (1.161 Yds ,
18 TD) a un corredor opción A y su defensa mejoró considerablemente, hasta
transformarse en la que menos puntos recibió en 2016. Blount está entre
algodones y será vital para que la fuerza aérea descanse. En otro orden, la
baja de Rob Gronkowski no se sintió porque la dirigencia supo preveer un
calendario de lesiones para Gronk y contrató a Martellus Bennett (55 Rec, 701 Yds , 7 TD). Con un
equilibrio sorprendente, Patriots es el equipo más completo de la AFC y es difícil descubrirle
falencias. Durante la campaña, solo perdió dos encuentros, uno sin Tom Brady y
el otro ante Seattle, gran candidato en la
NFC.
En ofensiva, Houston deberá correr más con
Lamar Miller, su arma más poderosa ante las falencias de Brock Osweiler. Es
difícil imaginar el “partido perfecto” para la ofensiva visitante, que solo
puede confiar en el solitario receptor DeAndre Hopkins, sobre todo porque
Houston fue el ataque número 29 en yardas, sobre 32 participantes, y apenas
anotó 25 touchdowns. Ataque y defensa no van de la mano en el conjunto de Bill
O´Brien que tendrá el desafío más importante de su ascendente carrera.