WildCard: ganaron los locales

Los cuatro partidos de los WildCard Games fueron ganados por los equipos locales. En la AFC, Texans y Steelers tuvieron trámites favorables desde el inicio y marcaron la diferencia en los primeros cuartos. En la NFC, a pesar de los resultados abultados, Packers y Seahawks aguardaron hasta la segunda mitad para poder justificar sus triunfos. 

Texans 27-14 Raiders
Para Texans fue un trámite, como si hubiese jugado sin presiones. El rival llegó diezmado por la ausencia de su quarterback y ese factor resultó decisivo. La defensiva “tejana” solo tuvo que hacer el trabajo de siempre para asustar al joven debutante Connor Cook, quien completó 18 pases de 45, sumó 161 yardas y un touchdown, con 3 intercepciones a cuestas. En el segundo cuarto, la historia estaba consumada, con dos touchdowns y dos goles de campo para Houston. Antes del partido, Brock Osweiler era cuestionado por todos los frentes, menos por el entrenador Bill O’Brien, quien volvió a confirmar al líder para la ronda divisional. El ex Broncos culminó con 14 de 25 lanzamientos, apenas 168 yardas, una anotación por pase y otra por tierra, más una intercepción. DeAndre Hopkins fue de lo mejor en el ataque y Lamar Miller debió recibir mayor cantidad de balones para profundizar el ataque terrestre. En consecuencia, para Houston, los playoff aun no comenzaron.

Seahawks 26-6 Lions
A pesar del equilibrio inicial, gracias a la agresiva propuesta defensiva de la visita, Seahawks supo sacar el partido en el último cuarto, con un juego aéreo contundente y detrás de las líneas ya desgastadas de la secundaria de Lions. La lesión de Mattew Stafford condicionó demasiado a un equipo que había realizado un gran trabajo de pases en la temporada, ubicando a la ofensiva aérea entre las 11 mejores. Sin embargo, Marvin Jones, Anquan Boldin y Golden Tate no recibieron muchos pases de su mariscal averiado. Todo lo contrario sucedió con Russell Wilson, quien se desempeñó prácticamente sin haber sentido los problemas de rodilla que arrastraba. Además, Seattle contó con el mejor Thomas Rawls para sumar 161 yardas. Los locales tuvieron ayuda de los árbitros, en la polémica atrapada de Richardson con una mano, mientras la otra sujetaba la máscara del casco de un defensivo de Detroit. Fue el primer touchdown del encuentro y, posiblemente, esa acción inclinó el juego a favor de Seahawks. Finalmente, el factor Doug Baldwin surgió al final del pleito, en el momento ideal para que Wilson clausurara el marcador a su favor.

Steelers 30-12 Dolphins
Nunca hubo partido. Steelers derrumbó cualquier aspiración de Dolphins durante el primer cuarto, con dos jugadas extraordinarias de Antonio Brown, hoy, posiblemente, el mejor receptor de la NFL, sobre todo tras la pésima actuación de Odell Beckham ante Packers. El receptor de Pittsburgh se movió desde el centro del campo para dos incursiones distintas y dejó sin aliento a los profundos de Miami. Allí se acabó la historia. Dolphins intentó generar juego aéreo con el suplente Matt Moore, pero la agresividad defensiva del rival lo catapultó al fracaso. No obstante, el peor rendimiento de Miami recayó en su línea ofensiva y en el juego terrestre. Jay Ajayi, una revelación en temporada regular, apenas llegó a las 33 yardas en 16 acarreos. Posteriormente, y con un resultado aún más abultado, Roethlisberger debió salir del campo para preservar su físico, al igual que Brown y Le’Veon Bell, pero el entrenador Mike Tomlin no realizó esas variantes y “Big Ben” se lesionó en una última jugada. El juego terrestre de Pittsburgh fue preponderante y Bell alcanzó las 167 yardas, un récord para la franquicia en postemporada.

Packers 38-13 Giants

Poco menos de tres períodos le costó a Packers imponer su sello con Aaron Rodgers para cerrar una actuación extraordinaria. Aunque el Ave María que lanzó el mariscal hacia Randall Cobb fue un golpe de nocaut, segundos antes del halftime. Hubo dos lesiones importantes que obligaron a los entrenadores a varias sus estrategias y el beneficiado fue Green Bay. En principio, la salida de Rodgers-Cromartie careció de impacto en la sólida defensiva de Giants, que pudo controlar a los receptores de Mike McCarthy. Inclusive cuando se retiró Jordy Nelson, Packers entró en pánico. Sin embargo, con New York destrozando los intentos aéreos y terrestres del local, el plan fue sencillo: sacar a Rodgers de la bolsa de protección, donde mejor se desenvuelve el líder pasador. El resultado fue inmediato, Cobb se movió de posición ante la ausencia de Rodgers-Cromartie y Packers anotó hasta humillar a Giants.