Eagles y Patriots, los rivales del Super Bowl

Philadelphia Eagles y New England Patriots se coronaron campeones de conferencia y jugarán la gran final de la NFL. El Super Bowl se disputará el 4 de febrero, en el nuevo estadio de Minneapolis, con la participación de Justin Timberlake en el show del entretiempo.

La NFL es la liga profesional de football americano de EEUU, la competencia deportiva más redituable del mundo. Según Forbes, recauda más de 13 billones de dólares por año. También cuenta con la franquicia más valiosa del planeta –los Dallas Cowboys-, tasada en 4.2 billones de dólares, por encima de cualquier club de fútbol como Barcelona, Bayer Munich o Real Madrid. Y, para colmo, se jacta de organizar el evento deportivo más recaudador: el Super Bowl, que factura más de 580 millones en un solo partido.

La NFL está integrada por 32 equipos, que se dividen en dos Conferencias: la Americana (AFC) y la Nacional (NFC). El domingo pasado, se disputaron las finales y los ganadores fueron New England Patriots y Philadelphia Eagles, que vencieron a Jacksonville Jaguars y Minnesota Vikings, respectivamente. El triunfo de Patriots sobre Jaguars -AFC- fue costoso y ajustado, mientras que Philadelphia dejó nocaut a Minnesota, el favorito en las apuestas.

La edición 52 del Super Bowl será una revancha muy esperada por Eagles ya que reeditarán el choque de 2005, cuando  “Los Patriotas” derrotaron a “Las Águilas” por un margen ajustado de 3 puntos, el día que Paul McCartney protagonizó el espectáculo del medio tiempo. A pesar de jugar por tercera vez una final, Philadelphia nunca ganó un Super Tazón.

Patriots, todopoderoso
Muy distinta es la historia que están escribiendo Patriots desde hace dos décadas: disputará su 10° Super Bowl e irá en búsqueda de su sexto anillo. El último fue el año pasado, cuando vencieron a Atlanta Falcons, en un encuentro inolvidable: los de New England –Boston- dieron vuelta el trámite milagrosamente tras ir perdiendo 9-28 al inicio del último período.

Este equipo ultra ganador cuenta con un trinomio exitosísimo, encabezado por el dueño Robert Kraft –que también posee al New England Revolution de la MLS, entre otras mega empresas-, dirigido desde lo deportivo por el entrenador en jefe y manager Bill Belichick –un gurú de la NFL moderna- y comandado en el terreno de juego por el quarterback (mariscal de campo) más famoso y ganador de la historia, Tom Brady.

Al final de esta temporada, Brady, el entrenador en jefe y el dueño del equipo fueron acusados en reportes periodísticos que revelaron una serie de peleas internas insalvables. Los informadores presagiaban el final de Patriots como franquicia dominante, pero el grupo hizo oídos sordos y arrasó en los playoffs. De hecho, el quarterback está en plenitud con 40 años de edad, continúa rompiendo récords y disputará su 8° Super Bowl en 18 temporadas.

Eagles se rearmó desde las cenizas
Philadelphia arribó a la postemporada sin su líder, el joven mariscal de campo titular Carson Wentz, que se rompió los ligamentos. El éxito de Eagles se debió precisamente al juego del talentoso quarterback, quien podría ser considerado MVP de la temporada. Así, ante la ausencia de Wentz y de otros jugadores titulares, nadie apostaba a favor de “Las Águilas”. Si embargo, el equipo fue igualmente poderoso y supo confiar en su guía suplente, Nick Foles.

Este desvalorizado quarterback regresó a Philadelphia después de haber jugado en otros equipos durante dos temporadas. A pesar de haber sido el primer mariscal en la historia de la NFL en alcanzar un índice de pase perfecto (algo así como un diez) y de lanzar 7 touchdowns en un partido, Foles debió irse a St. Louis Rams en 2015 porque el entrenador de Eagles de aquel momento –Chip Kelly- prescindió de sus servicios. El retorno le costó a los dueños del equipo apenas 1.6 millones de dólares…

“Las Águilas” sufrieron la pérdida de otros titulares, como Darren Sproles, Jordan Hicks y Jason Peters. La ausencia de jugadores importantes les otorgó méritos extra a los entrenadores porque supieron reemplazar a las piezas que se iban rompiendo. Asimismo, le dio fortaleza a un grupo que fue diezmándose en nombres, pero no en figuras, ya que los “suplentes” cumplieron con el trabajo a la perfección. 

Brady conducción
El perfil de Patriots es similar al de los últimos años, pero con dos o tres diferencias marcadas: la ausencia de un corredor de elite, el desmoronamiento de la secundaria y las cuestiones periféricas que podrían afectar la convivencia. El resto, es decir, la estructura básica es la misma: predomina el juego aéreo, el ataque terrestre se utiliza como alternativa y la defensiva sufre con los pases rivales.

Los encuentros entre Tom Brady y Rob Gronkowski –se recuperó de la conmoción- siguen siendo el arma más letal. En segundo orden, la incorporación de Brandin Cook le quitó dramatismo a la pérdida de Julian Edelman y el ex Saints rindió exitosamente. Con Chris Hogan -ya recuperado- y Danny Amendola el cuerpo de receptores luce casi intacto.

En cuanto al juego terrestre, Patriots perdió un instrumento de guerra vital en relación a la campaña pasada porque LeGarrette Blount –que alcanzó las 1.118 yardas en 2016- decidió irse a Eagles. En esta temporada, las yardas que había obtenido Blount fueron absorbidas por Brady. Así, el QB que había sumado 3.554 yds. en 2016, actualmente registró 4.577. En definitiva, la regla matemática entre lo que pueda lanzar Brady y el volumen de juego terrestre del equipo irá modificándose respecto al físico de TB12 y a su edad (40). 

Para Bill Belichick, Dion Lewis fue utilizado cuando las tácticas lo requerían y James White aportó más como receptor. Darle más terreno a Lewis fue un alivio y la forma más sencilla para recuperar el flojo mes de diciembre que tuvo el mariscal de campo, que viene de sumar en diciembre 6 touchdowns y 5 intercepciones.

Si damos vuelta la página, la secundaria arrancó dando papelones en 2017, incomodándose entre choques y desentendimientos. El fracaso de Stephon Gilmore (ex Bills), la incertidumbre que generó Malcolm Butler con su contrato y la lesión de Dont'a Hightower, entre otros problemas, incidieron en el rendimiento general de la defensiva. Es por ello que Belichick quiso generar un golpe de efecto llevando al veterano James Harrison desde Pittsburgh, luego de ceder a Jimmy Garoppolo a San Francisco. En definitiva, durante los partidos de playoff, la defensiva mejoró considerablemente.

Sin Wentz hay paraíso
Todos los años, esta franquicia se arma con la misma receta: borrón y cuenta nueva. Incluso llevó a Chip Kelly para intentar un golpe de efecto que jamás funcionó. Con la llegada del ex coordinador ofensivo de Chiefs, Doug Peterson, se acabaron los arrebatos de la agencia libre.

La elección de Carson Wentz y su inmediata titularidad en 2016 fueron los primeros aciertos clave. Su juego combinado, la velocidad de sus piernas y la frialdad en los pases, le aportaron versatilidad a un ataque que necesitaba esas cualidades. ¿Por qué? Philadelphia se quedó con LeGarrette Blount y sumó a Jay Ajayi al backfield. Con los movimientos de Wentz, ambos runningbacks sumarían distracciones, posibilidades de pases, bloqueos y corridas difíciles de anticipar. Esa es una de las claves del éxito de Eagles.

En cuanto al juego aéreo, el joven mariscal tuvo un rendimiento excelente. Zach Ertz registró su más alta tasa de anotaciones anuales (8), mientras que junto a Torrey Smith, Alshon Jeffery y Nelson Algholor completan el trío de receptores exitosos. Philadelphia fue el tercer equipo en anotar más puntos, el 13° en yardas aéreas y 3° en acarreos. Contundencia sobra.

La ausencia de Wentz -por lesión- había bajado estrepitosamente las acciones de Eagles previo a la postemporada. Nick Foles jugó aceptablemente cuando fue titular, pero el sistema se resintió y decayeron las estadísticas en terceras oportunidades durante el mes de diciembre. Foles y Pederson tenían algunas sorpresas preparadas y en playoff eliminaron a Falcons y borraron de la cancha a Vikings, con un trabajo extraordinario del quarterback “suplente” y el implemento de una “read option” modificada.

En cuanto a la defensiva, se modificó la estructura secundaria y potenciaron el desempeño que habían logrado el año pasado. Las bajas fueron reemplazadas y la unidad supo responder. Es más: por tierra fueron la mejor de la NFL en yardas permitidas, aunque tuvieron problemas cuando le lanzaron profundo.

Pronóstico (Por Santiago Figueredo)
Es el Super Bowl más difícil de pronosticar de los últimos años. Sin embargo, tengo dos factores para mencionar. 1) Las ofensivas ganan partidos y las defensivas campeonatos; y 2) Me voy a remontar a las finales de conferencia para analizar el momento de cada equipo: Patriots la pasó mal con Jaguars (¡con Bortles!), mientras Eagles destrozó a la mejor defensiva de la NFL... Creo será factor para estudiar el partido.