Los equipos que terminan jugando el Super Bowl dejan su huella en la
Ronda Divisional. Si alguna franquicia gana su duelo, pero deja dudas,
seguramente será eliminada en las finales. En la AFC, Patriots y Steelers
recibirán a Titans y Jaguars respectivamente. Los juegos de la NFC serán
Eagles-Falcons y Vikings-Saints.
Patriots (recibe a Titans): Brady conducción
El perfil del equipo es similar al de los últimos años, pero con dos o
tres diferencias marcadas: la ausencia de un corredor de elite, el
desmoronamiento de la secundaria y las cuestiones periféricas que podrían afectar
la convivencia. El resto, es decir, la estructura básica es la misma: predomina
el juego aéreo, el ataque terrestre se utiliza como alternativa y la defensiva sufre
con los pases rivales.
Los encuentros entre Tom Brady y Rob Gronkowski siguen siendo el arma
más letal. En segundo orden, la incorporación de Brandin Cook le quitó
dramatismo a la pérdida de Julian Edelman y el ex Saints rindió exitosamente. Con
Chris Hogan -ya recuperado- y Danny Amendola el cuerpo de receptores luce casi
intacto.
En cuanto al juego terrestre, Patriots perdió un instrumento de guerra
vital en relación a la campaña pasada porque LeGarrette Blount –que alcanzó las
1.118 yardas
en 2016- decidió irse a Eagles. En esta temporada, las yardas que había
obtenido Blount fueron absorbidas por Brady. Así, el QB que había sumado 3.554 yds . en 2016,
actualmente registró 4.577. En definitiva, la regla matemática entre lo que
pueda lanzar Brady y el volumen de juego terrestre del equipo irá modificándose
respecto al físico de TB12. En su etapa de plenitud, el quarterback no
necesitaba el apoyo desde el backfield, pero ahora –con 40 años de edad- la
situación es diferente. Para Bill Belichick, Dion Lewis fue utilizado cuando las
tácticas lo requerían y James White aportó más como receptor. Posiblemente,
darle más terreno a Lewis sea un alivio para el estresante momento del mariscal
de campo, que viene de sumar en diciembre 6 touchdowns y 5 intercepciones…
Si damos vuelta la página, las cosas se ponen difíciles. La secundaria
brindó uno de los papelones de 2017, incomodándose entre choques y
desentendimientos. El fracaso de Stephon Gilmore (ex Bills), la incertidumbre
que generó Malcolm Butler con su contrato y la lesión de Dont'a Hightower,
entre otros problemas, incidieron en el rendimiento general de la defensiva. Es
por ello que Belichick quiso generar un golpe de efecto llevando al veterano James
Harrison desde Pittsburgh, luego de ceder a Jimmy Garoppolo a San Francisco. En
una supuesta final contra Steelers, Harrison podría develar varios secretos y
transformarlos en ventajas para su nuevo equipo. Estratégicamente Brillante.
De inmediato, tienen un partido vital. El juego ante Tennessee no
ofrecería mayores inconvenientes para la franquicia campeona, salvo que el plan
de juego se vea obstaculizado por una estrategia superior del rival. Por lo
tanto, si Patriots hace lo de siempre, avanzará a la final de la AFC.
Steelers (recibe a Jaguars): Línea por línea,
insuperable
Pittsburgh es el equipo más completo de la NFL. Es decir, tiene talento,
calidad y cantidad en todas las unidades, tanto defensivas como ofensivas. El
ataque es formidable y cuando Ben Roethlisberger está bien físicamente, no hay quien
lance mejor; pero si juega lastimado, ocurre lo mismo que en las temporadas pasadas.
Hoy en día, “Big Ben” puede enviar el pase que desee al receptor que elija. Eso
también se debe a que sus protectores le agregan 1 o 2 segundos al reloj, lo
que permite observar mejor el panorama o cambiar la jugada.
Roethlisberger tiene tres receptores de alto nivel, que ubicaron a la ofensiva
aérea al segundo puesto de la NFL. Antonio Brown es el amo y señor de la liga;
el novato Smith-Schuster se transformó en el blanco alternativo; mientras que el
enojado Martavis Bryant recuperó terreno al final del año. Y hay que agregar
dos hombres más: Jesse James, un ala cerrada de buena contextura –pero que no
es determinante-, y el corredor más poderoso de todos, Le'Veon Bell. El runningback
fue la punta de lanza del grupo y que también agrega atrapadas. Su método de
carrera es poco ortodoxo: pierde algunos segundos en mirar y pensar, y luego,
cuando encuentra la ruta, activa un acarreo veloz, zigzagueante e interminable
en yardas.
Pasando a la defensiva, la secundaria era el punto débil del equipo. La
sola inclusión de T.J. Watt desde el draft emparejó las falencias, mientras se
asentaron los seleccionados de 2016: Sean Davis, Artie Burns –en duda- y Mike
Hilton. Además, fue clave la llegada de Tyson Alualu (ex Jaguars) para reforzar
la trinchera. La estructura funciona bien ante los pases aéreos, pero declina contra los
acarreos rivales.
Este año, Steelers no sufrió lesionados de gravedad y esto ayudó al
crecimiento general. Con Jaguars en la mira, las peleas más difíciles serán en
dos frentes: desde el aspecto ofensivo, tiene alternativas si la rudeza de
Jacksonville resulta impenetrable; y por otro lado, será interesante el planteo
que realice el coordinador defensivo de Pitts ante el ataque terrestre N°1 de
la NFL, que tardó demasiado tiempo en aparecer contra Buffalo.
Por último, Mike Tomlin, quien tomó parte en la rescisión del contrato
de James Harrison, arrastra una cuenta pendiente: deberá ser frío en todo
momento para no equivocarse con decisiones en caliente.
Eagles (recibe a Falcons): Sin Wentz, ¿hay paraíso?
Todos los años, esta franquicia se arma con la misma receta: borrón y
cuenta nueva. Incluso llevó a Chip Kelly para intentar un golpe de efecto que
jamás funcionó. Con la llegada del ex coordinador ofensivo de Chiefs, Doug
Peterson, se acabaron los arrebatos de la agencia libre.
La elección de Carson Wentz y su inmediata titularidad en 2016 fueron
los primeros aciertos clave. Su juego combinado, la velocidad de sus piernas y
la frialdad en los pases, le aportaron versatilidad a un ataque que necesitaba
esas cualidades. ¿Por qué? Philadelphia se quedó con LeGarrette Blount y sumó a
Jay Ajayi al backfield. Con los movimientos de Wentz, ambos runningbacks
sumarían distracciones, posibilidades de pases, bloqueos y corridas difíciles
de anticipar. Esa es una de las claves del éxito de Eagles.
En cuanto al juego aéreo, el joven mariscal tuvo un rendimiento excelente.
Zach Ertz registró su más alta tasa de anotaciones anuales (8), mientras que
junto a Alshon Jeffery y Nelson Algholor completan el trío de receptores
exitosos. Philadelphia fue el tercer equipo en anotar más puntos, el 13° en
yardas aéreas y 3° en acarreos. Contundencia sobra.
Sin embargo, la ausencia de Wentz -por lesión- bajó estrepitosamente las
acciones de Eagles. Nick Foles jugó aceptablemente cuando fue titular, pero el
sistema se resintió y decayeron las estadísticas en terceras oportunidades. Esto
le quita seguridad a todos los componentes del ataque porque la confianza
ganada con Wentz no es acompañada de igual forma que con Foles.
En cuanto a la defensiva, se modificó la estructura secundaria y potenciaron
el desempeño que habían logrado el año pasado. Es más: por tierra fueron la
mejor de la NFL en yardas permitidas. Los problemas surgen cuando le lanzan
profundo.
Justamente, pensando en el duro juego contra Falcons, el pleito será
difícil si son muy predecibles con Nick Foles porque la defensa de Atlanta planteará
un esquema agresivo. Van a necesitar incomodar a los linebackers con
distracciones, ya sea para estirarlos o para cansarlos. Sabido es que si Ryan
tiene una noche buena, las posibilidades se reducirán considerablemente, sobre
todo, después de las últimas actuaciones de la secundaria de Philadelphia.
Vikings (recibe a Saints): Los más duros de la
Nacional
Su nombre nunca estuvo tan emparentado con lo que demuestran en el
terreno de juego. La estructura defensiva es el pilar de un equipo que viene
armándose hace años, repitiendo formaciones y ajustando tuercas hasta lograr
cierta perfección mecánica. Vikings fueron los que menos puntos permitieron en
toda la NFL, resultando impenetrables por aire y por tierra.
En tanto, la ofensiva se adaptó a las lesiones de sus dos quarterbacks
principales. La salida de Teddy Bridgewater fue beneficiosa ante el retorno de
Sam Bradford, quien entendía perfectamente cómo había que actuar: repartiendo
las jugadas terrestres, pasando cuando surgían huecos visibles y cuidando el
balón ante las amenazas. Pero Bradford también se lesionó y un tercer mariscal
de campo emergió para continuar con su legado. Kase Keenum, que hasta ese
momento había deambulado sin lucirse en Houston y en Rams, condujo a la
ofensiva de Minnesota sin fisuras.
El QB estuvo bien rodeado y también contó con Adam Thielen, un monstruo de
receptor que sumó 1.276
yardas . Junto a Stefon Diggs y a Kyle Rudolph conforman
una unidad de primer nivel. Aunque el factor clave fue Jerick McKinnon, al sumar
casi 1.000 yardas
entre pases y acarreos. Los nuevos corredores marean a las defensivas porque
cumplen funciones más agresivas al transformarse en receptores. Por último, no
hay que olvidarse de Latavius Murray, que con sus arrebatos equilibra un ataque
mixto y penetrante.
El camino se inicia contra Saints, que ofrecerá rudeza, pero será una
excelente prueba para la mejor defensiva de la NFC, ya que Drew Brees y
compañía llegan con un poder ofensivo indescifrable. Una incógnita: ¿Keenum
estára a la altura?
El rey de la improvisación deberá innovar más de la cuenta. Entró a
playoff por la ventana, luego de un calendario con demasiadas intermitencias.
Aún no tiene definido su perfil de ataque: Marcus Mariota (13 TD, 15 int.) prioriza
sus cualidades atléticas antes que perfeccionar el laboratorio de pases. La
combinación de piernas en el backfield ha sido la punta de lanza gracias al
trabajo de Derrick Henry (744
yardas ), DeMarco Murray (659) –descartado- y el propio Mariota
(312).
El duelo de comodines sirvió para confirmar que Murray es reemplazable,
ya que Henry tomó al toro por las astas y se transformó en la figura. Con sus
acarreos por las bandas, destrozó a la trinchera de Chiefs en la segunda mitad.
Ese partido arrancó con viento en contra para Tennessee, pero luego -gracias a algunos
factores fortuitos- lograron torcer la corriente. Los fallos arbitrales, la
lesión de Travis Kelce –que estaba rompiendo el cerco de Titans sin piedad- y
la jugada milagrosa del auto-pase de Mariota hicieron el resto.
Sin embargo, hay que destacar el crecimiento de la defensiva, que detuvo
a uno de los mejores ataques de la AFC; la sexta en puntos anotados. Esta
unidad, que se forjó cómodamente para detener los acarreos ajenos, disminuye su
performance cuando les envían pases de todo tipo. Ante Patriots, la secundaria
deberá realizar el mejor partido de la temporada porque, así como sufrió a
Kelce, el fin de semana tendrá enfrente a Rob Gronkowski.
En definitiva, la apuesta por aire -para atacar y defender- es una opción
arriesgada, pero si el objetivo es pasar de ronda, necesitarán mucho más de su
líder, Marcus Mariota. El joven quarterback demostró fuerza de voluntad,
contagió con sus ganas y fue decisivo con las piernas. No obstante, Mariota
tendrá que brindar algo aún más valioso: la frialdad para enviar “él pase
ganador”, abriendo juego aéreo hacia las esquinas. Y para ello, requerirá dosis
extra de paciencia e inteligencia...
Jaguars (visita a Steelers): El perímetro de hierro
La gran revelación de la temporada pisó los playoff tras una década
ausente, conquistando por primera vez su división. Obtuvo resultados
rápidamente, basando su juego en la sólida estructura defensiva y en el juego
por tierra, gracias a la influencia del “viejo zorro” Tom Coughlin. La trinchera
se armó de entrada –con la llegada de Calais Campbell, A.J. Bouye y Barry
Church- y nadie la superó desde el aire, consolidándose como la mejor en toda
la liga.
Con todo, al equipo le faltó liderazgo. Las críticas a Blake Bortles se
mantuvieron hasta noviembre, ya que el mariscal tuvo una campaña de regular a
mediocre, con 60.2 % de pases acertados, 21 TD y 13 intercepciones. El ataque
aéreo nunca despegó, pero sobre el final de la campaña, Bortles mejoró bastante
su trabajo, aportando pases interesantes y corridas definitorias.
La ofensiva fue salvada por el novato corredor Leonard Fournette (1.040 yardas ), el
máximo responsable de llevarse el premio al mejor ataque terrestre de la NFL. Ante
Bills, su juego se vio opacado por el rendimiento de una defensiva hermética,
una característica similar a la de su próximo rival. Si corre como en la temporada, Fournette podrá darle dolores de cabeza a Pittsburgh.
El duelo de comodines resultó más duro de lo esperado y ahora Doug
Marrone necesita recuperar a los tres apoyadores lastimados: Telvin Smith, Paul
Posluszny y Blair Brown. Estos pilares serán vitales para intentar frenar a Le'Veon
Bell porque Jacksonville baja bastante su rendimiento cuando lo atacan por abajo.
Por último, volvemos a Bortles. En el football de hoy, un QB que
prefiere correr antes que lanzar, termina sucumbiendo. Lanzar no es todo, pero
dar buenos pases debe ser una cualidad prioritaria. Bortles tuvo un par de
participaciones definitorias contra Buffalo, pero no jugó aceptablemente con sus
brazos y aprovecharon las cuotas de suerte que surgieron en el partido. En un
duelo como el próximo, eso no sucederá.
Falcons (visita a Eagles): El talento se enciende en
playoff
La división que integra Atlanta volvió a ser tremendamente competitiva y
Falcons rozó la eliminación. Los cambios de algunos entrenadores generaron
ciertas dudas sobre cómo encarar el año y la temporada terminó siendo
irregular. Es más, los encuentros entre Matt Ryan y Julio Jones tardaron en
aparecer, aunque son lo más espectacular del ataque.
Las capacidades ofensivas del equipo de Dan Quinn son bastante conocidas
y Atlanta no se caracterizó por dominar un aspecto en particular, pero tampoco
derrapó en errores. Por tierra siguen dado que hablar con Devonta Freeman
–recuperado de una dolencia- y Tevin Coleman, lo que completa un ataque que
puede lanzar –si sumamos a Mohamed Sanu- y correr el balón en simultáneo. No
obstante, lo que más deberá cuidar Falcons es a su propio líder, Matt Ryan, que
fue interceptado en 12 ocasiones durante la campaña.
En Los Angeles, brotaron todas las cualidades y aparecieron los
jugadores más talentosos. Uno de los factores principales del triunfo fue la
actuación de la defensiva, que supo neutralizar a los elementos de
desequilibrio de Rams, tanto Goff como Gurley. Así, Falcons jugó cómodamente
porque renació el mismo espíritu que lo depositó en la gran final de 2017.
En definitiva, Atlanta posee las mejores individualidades para superar a
cualquier rival. En Philadelphia lo espera un conjunto aguerrido, variable y
temerario, pero que perdió al hombre más importante. La defensiva de Eagles es
bastante ruda, con fiereza ante los acarreos, pero dubitativa cuando un
quarterback lanzador –como Ryan- aparece en el camino.
Saints (visita a Vikings): Un ataque poderosísimo
El trabajo de Sean Peyton fue milagroso y los últimos drafts le están
pagando dividendos. Una de las grandes revelaciones de la NFL es Alvin Kamara,
un runningback que –al igual que Gurley de Rams o Hunt en Chiefs- también
atrapa balones y cambia el sentido del ataque en una misma jugada. Sin embargo,
el backfield se fortaleció cuando Adrian Peterson se marchó y Mark Ingram se
transformó en amo y señor de las rutas terrestres. La combinación con Kamara
resultó espléndida.
Hasta aquí, la referencia al juego por tierra de New Orleans es obligado
por lo novedoso porque el ataque aéreo ya es bastante reconocido en la
franquicia. La responsabilidad mayor la asume el veterano Drew Bress, que este
2017 lanzó como en sus años dorados y llevó a Saints a la ronda divisional. La
ventaja de contar con Brees es tan importante como el desempeño de Brady en
Patriots, aunque sin tantos títulos.
Para paliar la ida Brandin Cooks a New England, Sean Peyton potenció al
receptor de segundo año Michael Thomas, quien de inmediato fue la primera
opción de Brees. Con este repertorio, Saints regresó a postemporada con motivos
suficientes para disputar una final. Incluso la defensiva es –con rendimientos
como el del novato Marshon Lattimore- bastante respetable para alimentar el
sueño.
En consecuencia, este conjunto es uno de los más completos de la liga, a
la par de Pittsburgh en la AFC. Casi todas las unidades jugaron en buen nivel
ante Panthers -más allá del final ajustado- porque el dominio de New Orleans
fue prácticamente completo. Inclusive, a pesar de que Carolina anuló el tándem
Ingram-Kamara, Brees y compañía superaron el trámite con otras armas. Lo que
viene es nada menos que Minnesota, la defensiva más brutal de la NFL. El duelo
desde el ataque de Saints deberá ser perfecto si pretenden arribar a la final. Mis pronósticos: Patriots gana sin problemas; a Steelers se le hará muy complicado pero pasará; Vikings tendrá un duelo extraordinario ante Saints, siempre y cuando Keenum esté a la altura; y Falcons vs Eagles lo dejo abierto, pero la mejor defensiva será la que saque el partido adelante.