El sábado 6 de enero comienzan los playoff de la NFL 2017/18 con los juegos de comodines. A las 18:35, Chiefs recibirá a Titans,
mientras que a las 22:15 Rams será local de Falcons. El domingo, en primer
turno -15:05-, Jaguars será anfitrión de Bills y, más tarde -18:40-, Saints
albergará a Panthers. En tanto, Patriots, Steelers, Eagles y Vikings esperan a los ganadores...
El rey de la improvisación deberá innovar más de la cuenta. Entró a
playoff por la ventana, luego de un calendario con demasiadas intermitencias.
Aún no tiene definido su perfil de ataque: Marcus Mariota (13 TD, 15 int.) prefiere
demostrar sus cualidades atléticas –aún lesionado- que perfeccionar el laboratorio
de pases. La combinación de piernas en el backfield ha sido la punta de lanza
gracias al trabajo de Derrick Henry (744 yardas ), DeMarco Murray (659) y Mariota
(312), aunque el runningback seería descartado por lesión. Diferente es la
historia de la defensiva porque ha forjado una buena unidad para detener los acarreos
ajenos. Pensando en el juego ante Chiefs, las ventajas van a favor de
Tennessee, que ha sido el mejor equipo de la AFC en esta especialidad. En
definitiva, la apuesta por aire -para atacar y defender- es una pésima opción,
pero si la meta es sobrevivir sin Murray, deberán sacar una carta diferente
para apostar a ganador.
Kansas City arrancó para comerse el mundo, deambuló por el abismo al
caer en 6 de 7 encuentros y finalizó ganando 4 partidos al hilo para clasificar.
Ha sido una temporada extraña en todo sentido: la defensiva se derrumbó y el ataque
explotó. Alex Smith tuvo su mejor año en Chiefs; lanzó pases largos -incluso
espectaculares-, anotó 26 touchdowns y solo fue interceptado en 5 ocasiones.
Además, conjugó la experiencia de Travis Kelce (TE) con el talento de Tyreek
Hill (WR). Para completar un ataque poderoso, tuvo en Kareem Hunt (RB) –que
también atrapa pases- al mejor corredor de la NFL (1.327 yardas ), quien
desplazó a los lesionados Spencer Ware y Charcandrick West. Dando vuelta la
moneda, en defensa nada fue igual desde la ida de Dontari Poe, y Chiefs dejó de
ser un valuarte en este sentido. El conjunto de Andy Reid abandonó el
equilibrio para transformarse en un equipo con dos cabezas diferentes. Ante
Titans, deberán lograr lo mejor que supieron hacer esta campaña: lanzar.
Otro de los que ingresaron a postemporada a última hora. Buffalo –que acumulaba
17 años sin playoff- planificó poco, aunque armó un backfield interesante. Bajo
las dudas gestadas desde el juego aéreo, la teoría dice que lo prioritario debe
ser correr. Así, LeSean McCoy volvió a ser el de Eagles y alcanzó las 1.138 yardas -con
pocas anotaciones (6)- pero asegurando el recorrido del equipo ante cada
avance. Lamentablemente, el runningback llega lesionado y podría perderse el
juego de comodines, lo que agudiza las dudas que ya traía Buffalo desde la
campaña regular. Volviendo al ataque por aire, Tyrod Taylor no ha sido –hasta
ahora- un QB capaz de brillar, pero al menos no comete demasiados errores,
sobre todo después del desmembramiento de su unidad aérea. Le llegada de Kelvin
Benjamin no solucionó el problema. Así, el QB prioriza asegurar el balón con
pases a los TE’s y, si tiene que utilizar las piernas, lo hace correctamente.
Con apenas 2.800 yardas
y 14 touchdowns, Tylor solo fue interceptado en 4 ocasiones. ¿Y la defensiva?
Es bastante floja cuando debe sostener ataques lejanos, pero a medida que el
rival se acerca a la zona roja, funciona mucho mejor. Ante Jaguars tendrá un
duelo muy complicado, pero si quieren avanzar, necesitarán correr más de la
cuenta y sin su “as de espadas”.
La gran revelación de la temporada puso un pie en playoff tras 10 años
ausente, conquistando por primera vez su división. Y sorprendió a todos porque
obtuvo resultados rápidamente, basando su juego en la sólida estructura defensiva
y en el juego por tierra, gracias a la influencia del “viejo zorro” Tom
Coughlin. Pero al equipo le faltaba preponderancia desde su conducción y, al
final de la temporada regular, apareció Blake Bortles. El año del QB fue de
regular a mediocre -60.2 % pases acertados; 21 TD, 13 int.- y solo en diciembre
aportó pases realmente interesantes. No obstante, el desempeño del novato
Leonard Fournette (1.040
yardas ) explotó al máximo nivel y Jacksonville tuvo al
mejor ataque terrestre de la NFL. Por su parte, la defensiva se armó de entrada
–con la llegada de Calais Campbell, A.J. Bouye y Barry Church- y nadie la
superó desde el aire, consolidándose como la número 1 en toda la liga. Ante los
acarreos, baja el nivel y, por ello, deberá de cuidarse de LeSean McCoy –si
llegase a jugar-. Un párrafo aparte para el HC, Doug Marrone, ex entrenador de
Bills en 2013-14: su ida de Buffalo fue controversial y varios jugadores de
aquel plantel se quejaron por su abrupta salida. ¿Será una revancha personal
para él?
La división volvió a ser tremendamente competitiva y Atlanta rozó la
eliminación. Los encuentros entre Julio Jones (1.444 yardas , 3 TD) y
Matt Ryan (4.095 yardas ,
20 TD) tardaron en aparecer, aunque siguen siendo lo más espectacular del
ataque. El último finalista del Super Bowl apenas es una sombra de aquel
–cambió varios entrenadores- y durante el año fue un conjunto con altibajos. No
se caracterizó por dominar un aspecto en particular, pero tampoco derrapó en
errores. Por tierra siguen dado que hablar con Devonta Freeman –recuperado de
una dolencia- y Tevin Coleman, lo que completa un ataque que puede lanzar y
correr el balón en simultáneo. La defensa necesita más agresividad en
postemporada, como sucedió el año pasado, y su aporte debería consolidar la
estructura en la trinchera sin inconvenientes. En wild card verán a los Rams,
el equipo que más puntos anotó en toda la NFL. Pero lo que más deberá cuidar
Falcons es a su propio líder, Matt Ryan, que fue interceptado en 12 ocasiones. En
definitiva, Atlanta posee las mejores individualidades en un equipo con
desempeño irregular.
Mudanza de por medio, Rams regresó a postemporada tras 12 años ausente. Este
equipo ha sido la sorpresa de la Conferencia Nacional. Cambió de entrenador en
jefe, realizó otras variables y rearmó una plantilla que tenía una base sólida,
pero le faltaba la aparición de los talentos. Por suerte, surgieron todos
juntos para cerrar un año colosal. Habiendo anotado más puntos que cualquier
otro equipo, acertando en el reparto de las jugadas por aire y por tierra y
consolidando una defensiva aérea que se veía venir, Rams será uno de los “cucos”
de los playoff. Jared Goff (28 TD, 7 int.) fue un líder convincente y agresivo,
a pedido del joven entrenador Sean McVay. Pero la clave es Todd Gurley. El
runningback –que también atrapa- sobrepasó cualquier pronóstico (1.305 yardas y ¡13
TD!), elevó el juego terrestre a niveles excelsos y aportó con otras 788 yardas aéreas y 7
TD. Tremendo. Mientras tanto, Cooper Kupp, Sammy Watkins y Robert Woods –de
regreso tras una lesión- completaron el abanico de wide receivers para Goff. En
cuanto a la defensiva, fue de mayor a menor y esto es peligroso de cara a la
postemporada, donde será más que relevante para avanzar instancias. Rams llega
a playoff con ambiciones elevadas, pero con inexperiencia y demasiados
registros de balones perdidos. En consecuencia, en el juego es desequilibrado:
sensacional e impredecible en ataque y conservador e irregular en defensa. Un
perfil inseguro para enfrentar a Falcons.
Carolina disputó el Super Bowl 50 gracias al fenómeno Cam Newton. El
joven mariscal de campo arrasó gracias al movimiento de sus piernas veloces y a
la cantidad de pases de anotación: 35. Este año, sus números generales se
mantuvieron respecto al promedio estadístico, pero “Super Cam” batió el record
de yardas corridas (754). Sucede que el cuerpo de receptores se redujo
considerablemente y el QB debió correr más de la cuenta. Sin embargo, Newton se
siente cómodo acarreando desde el backfield. Hace dos años, Greg Olsen peleaba
mano a mano con Gronk por ser el mejor TE de la liga. Ted Ginn Jr., Jerricho
Cotchery y Devin Funchess completaban un cuerpo de receptores en crecimiento y
con talento. Solo Funchess sobrevivió –juega lesionado- y, para colmo, hace
unos meses, Kelvin Benjamin se fue a Buffalo. No obstante, el bajo rendimiento
y las lesiones de Jonathan Stewart (RB) y Greg Olsen (TE) empeoraron la
situación. Así y todo, Carolina está en playoff, gracias al trabajo de la
defensiva y a la movilidad de Newton. Delante, un recuperado equipo de New
Orleans intentará romper el cerco con un ataque realmente fuertísimo, tanto en
juego aéreo como terrestre.
El trabajo de Sean Peyton fue milagroso, aunque los últimos drafts le
están pagando dividendos. Una de las grandes revelaciones de la NFL es Alvin
Kamara, un runningback que –al igual que Gurley de Rams o Hunt en Chiefs-
también atrapa balones y cambia el sentido del ataque en una misma jugada. Sin
embargo, el backfield se fortaleció cuando Adrian Peterson se marchó y Mark
Ingram se transformó en amo y señor de las rutas terrestres. La combinación con
Kamara resultó espléndida. Otro de los buenos jugadores que Saints potenció fue
Michael Thomas, el WR que en su segundo año es la primera opción de Drew Brees,
tras la ida de Brandin Cooks a Patriots. Bajo la orquesta del experimentado
quarterback, que este año volvió a jugar en gran nivel, New Orleans regresa a
postemporada con motivos suficientes para disputar una final. Incluso la defensiva
es –con rendimientos como el del novato Marshon Lattimore- bastante respetable
para alimentar el sueño.