Imagen: Sports Illustrated |
La presencia del multicampeón New
England Patriots en el próximo Super Bowl del 3 de febrero no es sorpresiva.
Tampoco el arribo de Los Angeles Rams, un candidato silencioso que basó su
estructura en la defensiva, en sus corredores y en el intrépido Jared Goff. Las
finales de conferencia fueron apasionantes y, por primera vez en la historia,
ambas se definieron -al unísono- en tiempo extra. Además, ganaron los equipos
visitantes, lo que permitirá reeditar la edición XXXVI. La otra coincidencia es
que los campeonatos de división tuvieron invitados de lujo en roles
protagónicos: los árbitros.
Considero que los partidos de la
ronda divisional son “el corazón” de la postemporada. Es la instancia anterior
a las finales y allí emergen los verdaderos candidatos al Super Bowl. Como para
que no queden dudas, Chiefs despachó con holgura a un Colts que parecía
resucitado, Patriots demostró nivel de campeón ante el timorato Chargers de
Rivers, Saints le recordó a Eagles que para repetir es necesario superarse y
Rams dio el salto de calidad que necesitaba ante sus propias dudas. Dicho esto,
se definieron los campeonatos de conferencia.
La paridad en ambas finales fue
de centímetros. Ningún rival fue mucho más que el otro y por eso hubo dos
over times. Los 4 equipos –incluso Chiefs y Saints- tuvieron sus momentos de triunfo
en los respectivos partidos. Kansas City jamás se olvidará del error de Dee
Ford, mientras que New Orleans continuará disparando contra los árbitros por la
acción de Robey-Coleman.
Los arbitrajes fueron
determinantes para algunas jugadas específicas, puntuales y polémicas, pero no decidieron los resultados.
Es entendible el malestar (yo también lo estoy), pero los equipos teóricamente
perjudicados también tuvieron fallas deportivas vitales en ambos juegos. Sucedieron las dos cosas: errores propios y ajenos que perjudicaron a los perdedores.
Por un lado, Robey-Coleman jugó
al límite todo el partido. La carga sobre Tommylee Lewis no fue la única que
debió cobrarse falta. Recuerdo otra jugada con rudeza innecesaria sobre Ginn
Jr. y acciones violentas de Cory Littleton que pasaron desapercibidas para “las
cebras”. No obstante, de haberse cobrado la falta polémica contra Lewis, le
hubiese permitido a Saints alcanzar un primero y gol a 2 yardas, y no una
anotación directa. Asimismo, previo a la
discutida jugada, Drew Brees tuvo dos posesiones que culminaron con despejes y, en la primera mitad, New Orleans había tenido que deshacerse del balón en otros dos ataques más.
Rams también despejó 4 veces y
sufrió una intercepción al inicio del partido. Sin embargo, el equipo fue de
menor a mayor. Jared Goff sintió el bullicio del Superdome pero empezó a
soltarse y se animó a lanzar largo cuando había que jugársela. Las dudas
rodearon a Goff hasta que Los Angeles anotó los primeros 3 puntos. Previo a
ello, los equipos especiales acertaron en cuarta oportunidad y lograron
salir del pozo cuando Saints dominaba. Más tarde, Goff y Cooks se encontraron con pases largos que le dieron la confianza que necesitaban.
En tanto, el problema ofensivo de
New Orleans estuvo en el juego terrestre. Ingram sumó apenas 31 yardas en 9
acarreos y Kamara 15 yardas en 8. Luego de una gran temporada juntos, el
domingo no pudieron contra la dura defensiva que planteó el genio defensivo
Wade Phillips.
En Chiefs-Patriots también hubo
reclamos de todo tipo cuando la ofensiva en serie de New England empezó a
destrozar la trinchera de Andy Reid. Por lo tanto, si te enfrentás a Tom Brady
con una defensiva no tan buena, entonces necesitás anotar siempre. Y Chiefs
empezó a sumar puntos recién en la segunda mitad; algo inédito en esta campaña.
El offside de Dee Ford fue una
jugada determinante y sentenció la derrota. De no haberse adelantado, la acción
inmediata con la intercepción a Brady hubiera sido la gloria para Chiefs. Sin
embargo, fuera de esa acción puntual, hubo pases a Chris Hogan y a Julian
Edelman bastante discutibles porque el césped colaboró con las atrapadas de los
receptores de Patriots. Son jugadas muy finas donde Chiefs cree haber sido
perjudicado, incluso con las cientos de repeticiones por televisión que, aún,
no terminan de convencer.
A pesar de los reclamos, hay
realidades en el juego que son indiscutibles. Una de ellas es que Brady no
sufrió capturas. En la vereda de enfrente, Patrick Mahomes recibió 4 capturas y 3 de ellas fueron
determinantes porque -en lo inmediato- Chiefs se vio obligado a despejar el balón. Además, una línea
ofensiva sin grietas para Brady es medio trabajo hecho. En el caso de Mahomes, se
confiaron demasiado en sus piernas y se olvidaron de protegerlo.
Las decisiones de los entrenadores
pueden ser cruciales o, al menos, perfilan los resultados finales. Andy Reid
tuvo responsabilidad en una jugada de 4ta y 1 por no arriesgar en un momento
clave. Contra Colts se animó en 3 ocasiones y las ganó, pero el domingo no lo
hizo. Otra de las falencias desde la conducción de Chiefs fue no correr más en
el inicio del partido, sobre todo cuando Patriots presionaba a Mahomes
constantemente.
Del otro lado, todo fue perfecto.
Belichick volvió a demostrar ser un entrenador superior. Ganó la pulseada
estratégica desde el inicio y resolvió el “problema Mahomes” dejándolo afuera
del terreno con tres series ofensivas que duraron entre 4 y 8 minutos cada una.
Al inicio, Patriots intercaló juego terrestre con pases, pero cuando se vio
apremiado en la segunda mitad, regresó a la fórmula de siempre y los encuentros
de Brady con Edelman, Gronk, Hogan o White en terceras oportunidades fueron
balas de cañón para la defensiva de Chiefs, totalmente desmoralizada.
Patriots redondeó un partido
bárbaro, con un plan ideado y bien aplicado. Su ataque fue mixto, balanceado y
poderoso también por tierra, utilizando a Michel para desgastar al rival.
Además, su defensiva volvió a agrandarse en playoff. Pareciera que Bellichick y
compañía se preparan únicamente para los últimos 3 partidos de la temporada.
Uno de ellos, el Super Bowl…