Ausente en el Super Bowl por luchar contra el Covid-19

Hace prácticamente un año, Laurent Duvernay-Tardif se coronaba campeón del Super Bowl con Kansas City Chiefs, tras derrotar en Miami al equipo favorito en las apuestas, San Francisco 49ers. A pocos meses de lucir su anillo de vencedor, el jugador decidió no participar de la temporada 2020 de la NFL, a raíz de la crisis desatada por el Coronavirus. El canadiense de 28 años se desempeñaba en la posición de guardia y fue vital para cuidar a la joya del equipo, Patrick Mahomes. Sin embargo, Laurent estudió la carrera de medicina y abandonó el deporte para combatir al Covid-19 desde su otra profesión. 

"Fue una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar en mi vida, pero debo seguir mis convicciones y hacer lo que considero correcto", había dicho Duvernay-Tardif, quien cobrará apenas 150 mil dólares de los 2.75 millones que estipulaba su contrato para la actual campaña. 

El "Doctor Muerte" -apodado así por sus compañeros- fue el primero en optar por no participar del certamen durante 2020. La NFL, junto a los propietarios de los equipos y bajo presión del gremio de jugadores, le dio la opción a los deportistas de no competir voluntariamente este año por los temores lógicos -o ante cualquier motivo- que puedan sentir a causa de la crisis pandémica, aunque cobrando un salario mínimo 

Duvernay-Tardif jugó football en la Universidad de Montreal antes de ser elegido por Kansas City en 2014. Es el cuarto médico en jugar en la NFL y en único actualmente activo. Tiene un doctorado y una maestría en cirugía. Su madre también es médica y sus estudios los realizó en temporada baja, es decir, cuando la liga está detenida. Laurent había puesto una sola condición cuando Chiefs lo fue a fichar y era que la franquicia le permitiera residir varios meses en Montreal para poder culminar sus estudios en la Universidad McGill, donde jugó football canadiense entre 2010 y 2013.

Desde sus inicios, los entrenadores de la escuela secundaria habían expresado que Leurent "tenía algo especial" y notaron que el potencial del adolescente de aquel entonces era tan notable en lo físico como en lo académico. "Tiene habilidades para ser una persona muy amable y también para ser temible dentro del campo", asumieron desde Canadá sus mentores. Precisamente, los jugadores que se desempeñan en el puesto de guardia tienen como principal tarea impedir que los rivales lleguen a capturar a su mariscal de campo, resguardando así al hombre más importante, con potencia física y una presencia desafiante. 

Durante años, el hombre de Chiefs lidió con sus dos pasiones sin intermitencias ni superposiciones. Esa es la ventaja -o desventaja, si buscamos ejemplos negativos- que ofrece un deporte que se desarrolla únicamente en el invierno, ya que Laurent apenas requirió los permisos de salida para estudiar en los veranos. Esa situación cambió con la crisis del Coronavirus y el ex pretor de Mahomes se sintió obligado a tomar la difícil  resolución de abandonar momentáneamente la NFL. 

"No puedo permitirme transmitir el virus a la comunidad simplemente para jugar al deporte que amo. Si voy a correr riesgos, lo haré cuidando a los pacientes", había remarcado en aquel momento el liniero ofensivo nacido en Quebec, en un comunicado vía redes, previo al inicio de la temporada que comenzó en septiembre. 

Ya instalado en su Canadá natal, el médico recibió varios reconocimientos por la decisión tomada y por su labor, entre ellos, el del Salón de la Fama de la NFL (HOF) y el del estado canadiense, otorgándole el premio al atleta del año. "Son distinciones injustas. Creo que hay médicos y enfermeros que actúan en la primera línea de la guerra contra el virus y que merecen mayor reconocimiento", sostuvo Laurent.  

Además de trabajar en un centro de salud, el ex guardia de Chiefs estudia epidemiología y bioestadística a distancia en la Universidad de Harvard. No obstante, ha dicho en varias oportunidades que aún desea regresar a la NFL cuando la crisis pandémica finalice. "Extraño muchísimo. Siento que aún soy parte de ello. Creo que está en mi ADN, pero no me arrepiento la determinación que tomé", comentó hace poco. En Kansas City tiene un lugar asegurado cuando decida retornar, aunque el médico-jugador sabe que estará en desventaja: "se que tendré que luchar por un lugar y para ello debo estar en forma, pero antes de pensar en el football debemos sobreponernos a esta crisis".

A pocos días de un nuevo Super Bowl, Duvernay-Tardif no estará allí para cuidar a Mahomes, pero reconoce cuáles fueron las prioridades para este año, a pesar de extrañar a sus compañeros de Kansas City y de haber querido estar en esta gran final contra Tom Brady: "dentro de cinco años, podré mirar al 2020 y decir: 'muy bien, seguí mi convicción e hice algo de lo que siempre me sentiré orgulloso'".

Más allá de las diferencias técnicas entre la actividad deportiva y la medicina, hay un denominador común entre ambas profesiones: la protección. Un valor que sus primeros maestros y profesores descubrieron en él antes de convertirse en una estrella. Posiblemente, Laurent desconocía las raíces de esa dualidad profesional que se había gestado desde su adolescencia y que compartían un mismo atributo arraigado en ese interés por cuidar del otro: tanto al mariscal de campo como a sus pacientes. 

Una aptitud similar al que vimos en la historia de Michael Oher en la película "The Blind Side". 

¿Tendrá el "Doctor Muerte" su propio film en el futuro?

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