Sills remarcó que “la liga ha
realizado una secuenciación completa del
genoma de los jugadores que tuvieron Covid19 positivo y que la mayor parte de la transmisión
proviene de contactos en la comunidad”, es decir que guardan estricta
relación con los vínculos sociales y familiares, pero no estarían emparentados
con la práctica deportiva, a pesar de los contactos físicos inevitables en el
football americano, como son las jugadas de choque, los tacleos e incluso los
festejos tras anotar touchdowns.
Hasta la semana pasada, la NFL
realizó 17.161 test a 2.482 jugadores y 25.987 pruebas a 5.374 miembros del
personal, es decir, entrenadores y auxiliares. Precisamente, promediando
más de la mitad de los partidos de la temporada regular –se disputan 17 semanas
de septiembre a diciembre, con la etapa invernal desfavorable-, previo a la
fecha 10 se habían detectado 17 nuevos casos positivos en jugadores y 35 en el
personal; es decir, un total de 95 deportistas y 175 auxiliares infectados.
La NFL realiza testeos diarios a todos los planteles y el staff técnico. Ante la detección de un caso, se pone en marcha el protocolo de aislamiento domiciliario del jugador o el auxiliar contagiado, hasta que una serie de testeos arroje un doble resultado negativo. Asimismo, las instalaciones de entrenamiento se cierran hasta que todo el personal sea evaluado nuevamente. Del mismo modo, se aíslan aquellas personas que hayan entablado contacto con vínculos de cercanía con Covid19 positivo, lo que requiere de una inmediata cadena de comunicaciones entre los miembros del equipo.
En tanto, sí han surgido denuncias de franquicias que violaron los protocolos de Covid19, como también hubieron entrenadores que fueron sancionados por no utilizar los barbijos durante los partidos, lo que les costó a cada uno una multa de ¡250 mil dólares! No obstante, la práctica deportiva evidenció lo difícil que es evitar contactos entre jugadores propios y rivales, ya sea por los roces en el juego o por los saludos al final de cada partido, a pesar de la norma que sugería el distanciamiento de dos metros entre pares.
El Sr. Sills asegura que, gracias
a los testeos diarios y masivos, pudieron probar que los jugadores no contagiarían a otros jugadores, sino que las
infecciones suceden fuera del football. Sin embargo, en las próximas
semanas, un factor clave podría destruir todos los planes y estudios actuales: el invierno. ¿Qué
sucedería si los casos se multiplican? ¿Habrá espacio para más suspensiones?
¿Empezarán a surgir contagios entre los miembros de los planteles? La NFL tiene
pensado extender el desarrollo de la temporada regular si se llegasen a postergar partidos de aquí en más, pero los rebrotes recientes en Europa y en Norteamérica demuestran que –a
pesar del esfuerzo humano- el Covid19 es el balón más difícil de atrapar…
Santi Figueredo (Fuentes: AP).
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